Hace algunos fines de semanas ya, tuve la oportunidad de visitar, en Ciudad Real, Las Tablas de Daimiel, un paraíso de aves migratorias acuáticas y otras especies y que no puedo imaginar de otra forma que como es ahora. Recuperado de una sequía cruel de años, este humedal albergó hace poco la presentación de un proyecto artístico medioambiental convertido en libro y que igualmente fue momento propicio para disfrutar de la gastronomía de Castilla La Mancha.
Compartiendo con amigos y personas afines al evento, probamos y comentamos, entre varios platos, el que corresponde a nuestra entrada de hoy: el asadillo manchego. Lo cierto es que me gustó muchísimo y ya, más que con los sabores asumidos e identificados, logré llevarme a casa la versión de una madre daimielina, tan sencilla y a la vez francamente deliciosa.
Es un plato muy agradecido, que podemos preparar con antelación, degustarlo aún caliente o fresquito para tiempos calurosos que aún están por venir. Con unas chuletitas de cordero va que ni pintado, pero también podemos emplear nuestro asadillo manchego como guarnición de cualquier otra carne. Yo las probé también con un asado de aguja de ternera y hacen un matrimonio perfecto. ¿Quieres disfrutar de esta receta, además de sabrosa, saludable? Vayamos manos a la obra.
Ingredientes para preparar Asadillo manchego (4 personas)
- 2 pimientos rojos morrones o de asar talla XXL (bien grandotes o de lo contrario utiliza 3 o 4)
- 3-4 dientes de ajo finamente picados
- 1 tomate maduro sin piel y rallado (opcional) (si tiene mucha agua pásalo por un colador para retirar el exceso de agua)
- 1 1/2 cucharadita de cominos molidos (utiliza solo 1 cdta o solo 1/2 cdta si no te gusta mucho del comino)
- 2 huevos cocidos (opcional)
- 3-4 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- sal
Cómo preparar Asadillo manchego
- Lava bien los pimientos, úntalos con aceite de oliva, ponles unas piedrecitas de sal gorda y envuélvelos muy bien en papel de aluminio o papel albal y ponlos a hornear a 180 grados Celsio durante unos 30 a 35 minutos.
- Transcurrido el tiempo saca la bandeja del horno y abre el papel de aluminio para que los pimientos se refresquen y puedas trabajarlos sin quemarte. Una vez templados retira la piel con un cuchillo de puntilla. Si están bien asados comprobarás que la piel (una telilla muy fina casi traslúcida) sale fácilmente para dejar libre toda la carne de los pimientos asados. Quita el tallo y el exceso de las semillas con una cuchara, pero si se te queda alguna no le des importancia, a menos que no te gusten nada. Corta en tiras no muy largas.
- En una cazuelita de barro (puedes utilizar una sartén o lo que prefieras o tengas a mano) pon a calentar 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y a continuación el ajo picado.
- Antes de que pueda quemarse (pon el fuego medio) añade el tomate rallado y una pizca de sal, remueve y cuando empiece a sofreír agrega el pimiento ya troceado en tiras o a tu gusto, incorpora el comino, remueve, rectifica de sal y deja al fuego unos 10 ó 15 minutos. En ese tiempo, o anteriormente, pon a cocer dos huevos en agua abundante, unos 6-8 minutos desde que comienza a ebullir el agua.
- Listo el asadillo, corona con los huevos cocidos troceaditos o en media lunas, como prefieras.
Una forma muy saludable de comenzar el año. Los pimientos son riquísimos en Vitamina C, el tomate natural cocinado es un aliado en la lucha contra el cáncer, el ajo favorece el sistema inmunitario y ya sabemos los beneficios que trae a nuestra salud cardiovascular el aceite de oliva. Razones suficientes para incorporar todos estos ingredientes a la dieta, y si es todos de una vez, la mejor opción es este sabroso asadillo manchego. Buen provecho 😉
Buenísimo, estuve un tiempo en un pueblecito de la Mancha y pude disfrutar del tradicional asadillo y no olvidar el pisto manchego, ideal para acompañar con unas buenas chuletas de cordero.
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Si, es verdad, el pisto está para chuparse los dedos. A ver si lo preparamos pronto. Un saludo.
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Esa cocina que parece sencilla es al final más sana y con sabores más rotundos. Gracias Magelita linda.
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Y cuando descubres esos sabores justo donde han nacido los disfrutas más amigo. Un abrazo y gracias a ti.
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