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Flan de calabaza, receta de postre casero

16 Sep
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Flan de Calabaza. Todos los derechos reservados por TrasLaReceta.com

Hoy les traigo una receta de flan de calabaza, una versión de la receta que preparaba mi abuela y que tantos recuerdos me trae. Es una preparación sencilla, en base a la receta original del flan de leche y caramelo, pero que necesita un poco más de cocción. Necesitaremos una flanera o molde para flan y lo tendremos listo a baño María.

A las puertas del otoño, la estación estrella de las calabazas, esta es otra manera de disfrutarla. Sin muchos más preámbulos vayamos al meollo del asunto.

Ingredientes para preparar Flan de calabaza

  • 500gr de calabaza (yo usé tipo Cacahuete, la mitad)
  • 300ml de leche entera
  • 200ml de leche condensada
  • 3 huevos grandes
  • 3cda de maicena
  • 1 cda de vainilla
  • 1 estrella de anís (opcional)

Cómo preparar Flan de calabaza 

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Flan de calabaza. Todos los derechos reservados por TrasLaReceta.com

  1. Cocina la calabaza en trozos cubriéndola con agua con una cucharadita de sal y la estrella de anís hasta que esté blanda. Saca del agua los trozos de calabaza y reserva hasta que se temple.
  2. Deslíe la maicena en parte de la leche entera (fría mejor).
  3. Pasa por la batidora la calabaza, con la leche entera (la maicena incorporada) y la condensada, los huevos y la vainilla. Como lleva leche condensada (que tiene ya azúcar) y la calabaza ya tiene bastante dulzor, no ponemos nada de azúcar añadida.
  4. Cubre con caramelo el molde. Puedes comprarlo en supermercados ya listo para utilizar o puedes hacerlo en casa, es sencillo, pero lleva cuidado. Aquí puedes ver cómo hacerlo sin riesgo de que se queme el caramelo.
  5. Pon a baño María a fuego medio durante al menos 1 hora 30 minutos. Vigila que el agua del baño no se consuma completamente. Si tu molde te lo permite, chequea que el medio esté cuajado y si no añade unos 10 minutos más. Al flan de calabaza le cuesta llegar a su punto ideal, pero el final vale la pena.

¡Buen provecho!

Pavlova de frutos rojos

12 Feb

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De Australia o Nueva Zelanda, más allá del origen disputado de la Pavlova, esta receta es un acertado homenaje a la bailarina rusa Ana Pavlova. En esta receta se conjugan, para nuestro disfrute, delicadeza y  ligereza, sin renunciar al dulce placer de un postre.

La más extendida teoría sobre el origen del postre apunta al chef del hotel neozelandés donde la conocida estrella del ballet ruso se hospedó durante una gira que realizara en 1926. El cocinero habría querido agasajar a la bailarina, y para ello bautizó como Pavlova su creación: una tarta a base de merengue horneado con una corona vistosa como la propia bailarina encima del escenario.

Hoy día es un plato muy común tanto en Australia como Nueva Zelanda. Hay versiones con frutos rojos y otras menos ortodoxas, pero igual de sabrosas con frutas tropicales o con añadidos como limón, entre otros ingredientes.

Ingredientes para preparar Pavlova de frutos rojos

  • 4 claras de huevo
  • 200 gr azúcar glass
  • 1 1/2 cdta de vinagre de vino blanco
  • 1 cdta extracto de vainilla (opcional)
  • 1 cucharada colmada de Maicena (almidón de maíz)

Para el relleno:

  • 300 ml de nata para montar
  • 70 gr azúcar
  • Frutos rojos al gusto: Utilicé moras, frambuesas y arándanos azules (un puñado de cada)
  • Hojas de menta o hierbabuena para decorar.

Cómo preparar la Pavlova de frutos rojos

  1. Prepara el merengue: Bate las claras de huevo a punto de nieve. Solo cuando tenga una buena consistencia comienza a añadir, poco a poco, el azúcar glas. Puedes tardar hasta 10 minutos en esto. No hay prisas.
  2. Añade el vinagre y espolvorea la Maicena e integra todo otro poco.
  3. Recubre luego una placa de horno con una hoja de papel sulfurizado o papel vegetal y precalienta el horno a 100ºC.
  4. Vierte el merengue en el centro del papel en forma de montaña. Con la ayuda de una cuchara de metal extiende formando un círculo. Haz una especie de nido ahuecando el centro. Hornear a 100ºC durante 2 horas, hasta que esté duro. Crujiente por fuera.
  5. Saca inmediatamente del horno y deja enfriar totalmente.

El merengue tiene un enemigo que puede arruinar tu base de Pavlova: la humedad. Por ello intenta ponerlo en un lugar seco. Evita dejarlo en el horno caliente y cerrado. Déjalo enfriar bien fuera antes de poner el relleno.

Base de Pavlova

Merengue horneándose

Para el relleno:

  1. Monta la nata. Yo tengo un truco para montarla mejor y con mayor firmeza. Pongo las varillas y el recipiente de metal que voy a utilizar unos pocos minutos en el congelador.
  2. Cuando coja consistencia ve añadiendo el azúcar poco a poco a velocidad media. Cuando se ponga dura y con consistencia, deja de batir.
  3. Pon la nata en una manga pastelera y rellena el nido de merengue. A continuación coloca al gusto las frutas rojas y las hojas de menta o hierbabuena y ya está. Listo. A disfrutar.

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Quieres otras recetas de postre: Pincha esta tarta borracha o mira cómo hago la famosa buttercream o crema de mantequilla, un básico para tantas preparaciones.

Tarta borracha de coco y chocolate

11 Ene
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Hoy quiero compartir una versión mejorada de uno de los postres con que crecí en Cuba. No se trata de algo tan tradicional como el pastel de guayaba o los casquitos, el boniatillo o el arroz con leche, entre otros. Esta panetela, con ingredientes más básicos de los que propongo esta vez, la preparaba mi abuela con mucha frecuencia, para felicidad de todos en casa, y también para la de aquellos a quienes solía regalarlas, con dedicatorias personalizadas.

El secreto está en el bizcocho muy esponjoso y ligero resultante del proceso. Mima lo cocinaba en una olla a presión (pero sin poner la presión por supuesto) con el fuego muy muy bajito. No utilizábamos el horno, que teníamos, pero que se «chupaba» el gas aquel que tenía que durar hasta que «tocara» la próxima balita (mis paisanos saben de lo que hablo). Sin embargo, el resultado era igual de exitoso al método que uso en esta receta.

Si no te gusta el coco, puedes preparar un almíbar simple, con agua, azúcar, la piel de un limón y una ramita de canela o una vaina de vainilla. Este tipo de almíbar era lo que llevaban las «panetelas» de mi infancia. Y aunque ahora en esta adaptación yo recurro además al chocolate para fundir, en realidad las coberturas que utilizaba mi abuela eran de natilla (una natilla espesa) de chocolate o vainilla generalmente. También mi abuela aprovechaba cuando hacía dulce de coco, separaba un poco y lo ponía entre capas y de cobertura.

Esta receta de hoy no empalaga demasiado de coco porque el bizcocho no lleva nada. Puedes saltarte el coco, reitero, y preparar la almíbar simple, con un añadido de ron. Vamos por los ingredientes y entremos de lleno a la cocina.

Ingredientes para prepara Cake o Tarta borracha de coco y chocolate

Para la panetela o bizcocho:

  • 1 1/2 taza de harina de trigo
  • 1 sobre de levadura química (Polvos Royal)
  • 1 taza de azúcar blanca
  • 5 huevos (4 si son grandes)
  • 1 cucharada de extracto vainilla
  • 1 limón (utilizaremos la ralladura de la piel con cuidado de no rallar la parte blanca + el zumo)
  • pizca de sal
  • agua

Almíbar para emborrachar el bizcocho:

  • 2 tazas (400 ml) de leche de coco
  • 1/2 taza de la almíbar del dulce de coco (si se va un poco del dulce no pasa nada)
  • 1/2 vaso (100 ml) de Malibú (ron con sabor a coco)
  • La cáscara o piel de un limón
  • Agua opcional

Para la cobertura:

  • 200 gr de chocolate negro (75%)
  • 75 ml de leche condensada
  • 100 ml de leche entera o semidesnatada (puede que requieras más o menos)

Cómo preparar Cake o Tarta borracha de coco y chocolate

  1. Precalienta el horno a 180ºC.
  2. Separa las claras de las yemas. Coge las cáscaras del huevo, llénalas hasta la mitad de agua y añádela a las claras. No temas, repite el proceso con cada uno de los huevos después de cascados y una vez separadas las yemas de las claras.
  3. Añade una pizca de sal y bate con ayuda de una licuadora y cuando haya alcanzado el punto de nieve echa el azúcar poco a poco sin dejar de batir.
  4. A continuación agrega las yemas una a una hasta que estén bien integradas.
  5. Deja de batir con la licuadora e incorpora con una paleta o cuchara de madera la harina con la levadura previamente incorporada (si usas una harina especial para repostería o preparado para bizcocho no tendrás que poner levadura). Mueve poco a poco con movimientos envolventes hasta que esté la mezcla homogénea. Agrega la ralladura y el zumo del limón y la vainilla y mezcla.
  6. Vierte la mezcla en tres moldes engrasados (o en dos, para dos pisos) llévalos al horno precalentado y cocina unos 20 minutos o hasta que insertes un palillo y salga limpio.
  7. Para el almíbar pon en un cazo a calentar la leche de coco, el almíbar de dulce de coco, la piel o cáscara de limón y el licor Malibú. Si ves que está muy denso, añade un poco de agua, queremos que la almíbar resultantes sea ligera para que penetre en el bizcocho. Cuando rompa el hervor, baja la intensidad del fuego, deja unos pocos minutos, retira del fuego y deja enfriar.
  8. Para la cobertura pondremos a derretir a baño María el chocolate negro previamente troceado y la leche condensada. La leche entera ponla poco a poco y a conveniencia después de derretido el chocolate para que no pongas demasiado y evitar así que la cobertura te quede demasiado líquida. Retira del fuego y también pon a enfriar.

Montaje:

  1. Una vez los bizcochos se hayan enfriado procede a colocar uno en el plato que hayas escogido, riega poco a poco con la almíbar con ayuda con un cucharón pequeño previendo que no quede muy mojado, pero tampoco que se te queden zonas secas.
  2. A continuación pon un poco de la cobertura de chocolate.
  3. Repite el proceso con el resto de capas. Sé generoso(a) con el glaseado (cobertura) final.
  4. Para coronar y de forma opcional espolvorea con coco rallado al gusto.
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Nada más que contar, el resultado final estoy segura que encantará, sobre todo, a los más pequeños, pero incluso a los menos golosos. Es un cake muy dulce, pero muy ligero, sin grasa ninguna en el bizcocho, pero con una esponjosidad que lo hace ideal para absorber el líquido. Se conserva en la nevera. Después de un par de horas de frío, este postre estará más delicioso. Es trabajoso, para los más vagos en la cocina, pero nada complicado. El resultado bien vale la pena. ¡Buen provecho!

Tarta de queso y frambuesas: regalo para mamá

5 May
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Para las madres que ya celebraron su día, para las que están por hacerlo en otras latitudes, el segundo domingo de mayo, hoy os traigo un regalo convertido en postre. Una tarta de queso y frambuesas, deliciosa, muy fácil de hacer y que no necesita horneado, algo que ya se va agradeciendo según se elevan las temperaturas. Es de entre muchas opciones mi preferida, porque no empalaga, ni es tan pesada y sobre todo te obsequia con una combinación delicada de sabores entre dulce y salado, así como textura crujiente, resultado de la base de galletas, y cremosa y suave por el relleno de queso Philadelphia y la corona de confitura.

Se dice que la tarta de queso estuvo incluida en el menú de los atletas que participaron en los Primeros Juegos Olímpicos de la historia, de ahí que cuando se habla de los orígenes de este plato se piense en la Grecia de 776 A.C pero que puede remontarse mucho más lejos teniendo en cuenta los moldes de queso encontrados por arqueólogos  y fechados en el 2000 A.C.

Seguramente en aquella época, como también en la actualidad, el tipo de queso que se empleaba podría haber sido diferente de un lugar a otro. El más común utilizado hoy en día es el queso crema tipo Filadelfia, el cual fue inventado accidentalmente por unos lecheros en Estados Unidos, cuando en 1872 intentaron hacer una réplica del queso francés Neufchatel y al final el resultado fue el tipo de queso para untar que disfrutamos hoy.

Lo cierto es que la tarta de queso se elabora, dependiendo del lugar, de requesón, de queso blanco fresco, de salsa agria, y seguramente de unas cuantas variedades más. Pero vayamos a ver concretamente cómo hacer la que hoy quiero obsequiar a todas las madres, abuelas, hijas y nietas que quieran homenajear a las autoras de la vida.

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Ingredientes para preparar Tarta de Queso con frambuesas

  • 460 gr de queso cremoso tipo Filadelfia 
  • 250 ml de leche evaporada
  • 90 gr de galletas tipo Digestive
  • 40 gr mantequilla
  • 4 hojas de gelatina neutra + 1 hoja para la confitura
  • 40 gr de azúcar blanco
  • 1 bote de confitura de frambuesas (mermelada que si lo prefieres puedes hacer con tu fruto rojo preferido que ahora están en temporada)
  • 2 o 3 cucharadas de agua

Cómo preparar Tarta de queso con frambuesas

  1. Tritura en una fuente honda las galletas para hacer la base de nuestra tarta.
  2. Agrega la mantequilla derretida para obtener una pasta homogénea con las galletas bien trabajadas.
  3. Distribuye una capa de un centímetro de espesor en el fondo de un molde, preferiblemente desmontable para evitar romper la tarta cuando vayas a proceder a desmontarla. Deja en la nevera mientras sigues con la preparación de la receta.
  4. Pon en un recipiente con agua templada las hojas de gelatina neutra (no tiene sabor) para que se hidraten durante unos 8  a 10 minutos.
  5. En un cazo hondo pon a calentar a fuego medio la nata con el azúcar y el queso crema hasta que llegue a ebullición. Emplea unas varillas manuales para remover bien todo.
  6. Inmediatamente después retira del fuego y agrega 4 hojas de gelatina neutra y mezcla bien hasta que se disuelva. Deja atemperar. Saca entonces el molde con la base de galletas de la nevera y llénalo con la mezcla que hemos preparado. Vuelve a poner en la nevera y deja reposar al menos 1 hora.
  7. Transcurrido el tiempo prepara la confitura, para lo cual debes calentar en otro cazo el contenido del bote de confitura o mermelada con las cucharadas de agua. No pongas demasiada para que luego no quede muy líquido. Cuando rompa la primera ebullición, retira del fuego, agrega la hoja de gelatina neutra que quedaba, mezcla bien y cuela si quieres una cobertura mucho más fina.
  8. Cubre la tarta de queso con la confitura y vuelve a poner en la nevera. Mientras más tiempo esté en ella más sólida y más fácil será luego a la hora de desmoldar y servir.

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Una tarta deliciosa para honrar a mamá. Una receta sin grandes complicaciones ni mucho trabajo, rica en calcio e ideal para los niños y todos aquellos que realizan actividades físicas. Espero que la disfruten tanto como en mi casa.

Mermelada de zanahoria: receta casera y muy fácil

11 Oct

Hace ya algunas semanas, justo antes de la mudanza que nos ha tenido en casa patas arriba, visité la ciudad española de Mérida, capital de Extremadura. Además de disfrutar del legado romano presente en su arquitectura: un teatro maravilloso más bello de noche si es posible, templos aún visibles guardados por dioses mitológicos, Aeón capturando el tiempo, el anfiteatro, el circo, los puentes y el acueducto, tuvimos además la oportunidad de probar los sabores de esa tierra: unas migas extremeñas y una caldereta de cordero tan sabrosas como prometían.

Pero lo cierto es que de todas nuestras incursiones gastronómicas a nuestro corto paso por la ciudad Emerita Augusta, nos quedamos sin dudas enganchados a las tapas que ofrecen en la Despensa del Castúo, muy cerca de los sitios más importantes concentrados en el centro. Al lugar no llegamos por casualidad. Fue uno de los sitios que visitaron en temporadas pasadas los protagonistas de Un país para comérselo y me lo quedé bien apuntado en la memoria. Allí llegamos, un poco escépticos, y salimos más que convencidos.

Entre las tapas que probamos puedo citar algunas: de queso fundido con pimientos confitados, de jamón ibérico y membrillo con nueces, de queso de cabra con miel y, entre otras, nuestra preferida, la de queso de cabra Castúo con pimentón de la vera, mermelada de zanahoria y unas virutas de jamón ibérico.  Y he aquí la razón de nuestra receta de hoy, que dejaremos preparada para en una próxima entrada presentar esta tapa estrella, una versión propia claro está, porque la receta original de la Despensa del Castúo con ellos se ha quedado.

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Ingredientes para preparar mermelada de zanahoria

  • 350 gr de zanahoria
  • 350 gr de azúcar
  • 130 ml de agua + la suficiente para cocer la zanahoria
  • 1 rama de canela
  • piel y zumo de 1 limón
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada
  • 1 pizca de sal

Cómo preparar mermelada de zanahoria

  1. Lava y raspa las zanahorias, córtalas y ponlas a cocer en abundante agua hasta que estén blandas. Puedes hacerlas al vapor igualmente siempre dejándolas en óptimas condiciones para triturar.
  2. Mientras cocinas las zanahorias, prepara un almíbar. En un cazo pon el azúcar, los 130 ml de agua, el zumo y un trozo como de un dedo de largo de la piel de limón y la rama de canela. Una vez comience a hervir, deja unos 3 o 4 minutos y retira del fuego. Reserva mientras trituramos la zanahoria.
  3. Una vez cocidas las zanahorias, saca del agua, escurre bien y tritura con ayuda de una trituradora o bien con la batidora.
  4. Incorpora la zanahoria convertida ya en puré al almíbar (retira la rama de canela y la piel de limón), agrega la nuez moscada y la pizca de sal, mezcla bien y pon al fuego durante unos 10 a 15 minutos, o hasta que reduzca al espesor deseado.
  5. Una vez lista y aún bien caliente guárdala en recipientes de vidrio esterilizados, preferentemente en botes con tapa que se suelen autosellar.

Como la cantidad que hemos hecho no es mucha y como vamos a consumirla pronto (os lo aseguro) no es necesario poner a hervir los botes de vidrio al baño María hasta que se sellen una vez envasados con la mermelada. Así se suele proceder cuando hacemos grandes cantidades y cuando se trata de conservas de larga duración. Las mermeladas se preparan generalmente con la misma proporción fruto-azúcar, y siempre agregando un elemento ácido, como el limón, que va a contribuir a una mejor y más duradera conservación, además de que ya comprobaréis que destaca el sabor de una forma natural.

Espero que la preparen pronto, porque pronto voy a compartir la tapa donde esta mermelada de zanahoria aparece entre los ingredientes protagonistas. Vayan haciéndose de un buen rulo de queso de cabra y de un buen pimentón, preferentemente de La Vera. Os vais a chupar los dedos.

Tarta de queso y galletas Oreo: receta fácil sin hornear

22 Jun

En el verano apetecen postres frescos, fáciles de preparar y sobre todo que no tengas que poner a funcionar el horno. Hacía tiempo tenía dando vueltas a la cabeza una «Oreo Cheescake» y visitando unos cuantos blogs y páginas con propuestas a la vista deliciosas, me decidí finalmente por una receta muy parecida a la que compartí hace algún tiempo por estos mismos rumbos: la Tarta de queso con arándanos, solo que utilicé esta vez las galletas Oreo. El resultado, como no podía ser otro.

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Ingredientes para preparar Tarta de queso y galletas Oreo

  • 400 gr de queso cremoso tipo Filadelfia
  • 300 ml de nata para cocinar (1 1/2 briks pequeños)
  • 1 paquete de los pequeños de galletas Oreo (156 gr)
  • 40 gr mantequilla
  • 4 hojas de gelatina neutra
  • 50 gr de azúcar blanco
  • 2 o 3 cucharadas de agua

 Cómo preparar Tarta de queso y galletas Oreo

  1. Cuando abras el paquete de galletas reserva 4 de ellas, con el resto procede a abrir cada una, retira la crema y resérvala también. Tritura las galletas ya sin crema en una fuente honda.
  2. Agrega la mantequilla que deberá estar derretida para obtener una pasta homogénea al incorporarla con las galletas. Trabaja bien la mezcla con las manos. Distribuye una capa de un centímetro de espesor en el fondo de un molde, preferiblemente desmontable para evitar romper la tarta más tarde. Deja en la nevera mientras sigues con la preparación de la receta.
  3. Pon en un recipiente con agua templada las hojas de gelatina neutra (no tiene sabor) para que se hidraten durante unos 8 a 10 minutos.
  4. En un cazo hondo pon a calentar a fuego medio la nata con el azúcar, el queso y la crema de las galletas hasta que llegue a ebullición. Emplea unas varillas manuales para remover bien todo.
  5. Inmediatamente después retira del fuego, agrega las hojas de gelatina neutra y mezcla bien hasta que se disuelva. Deja refrescar. Saca entonces el molde con la base de galletas de la nevera y llénalo con la mezcla que hemos preparado. Coge dos de las galletas que habíamos reservado, trocéalas y coloca cada pedazo con cuidado dentro de la mezcla con cuidado de que no se vayan al fondo (no debe ocurrir porque la mezcla debe tener ya una buena consistencia)
  6. Corona con una galleta en el centro y ralla la última de nuestras galletas por encima. Vuelve a poner en la nevera y déjala unas 6 horas. Si la haces por la noche, al otro día será más fácil a la hora de desmoldar y servir.
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    tarta queso y oreo porción

Así de fácil tendrás un postre riquísimo y fresco por si te animas a prepararlo mañana mismo. Y antes de despedirme quiero compartir con mis lectores un sorteo al que me he apuntado con la esperanza de ganarme una heladera que haga nuestro verano más apetecible. Pincha aquí para conocer los detalles.

Feliz Domingo a todos!!!

Tostadas francesas: las primas hermanas de las torrejas

29 Mar

¿Tostadas francesas o torrejas? Son mínimas las diferencias entre ellas. Las dos están igualmente sabrosas y en esencia, la manera de prepararlas difiere muy poco una de otra. Me encantan igualmente las dos, pero tengo que reconocer que suelo prepararlas más a la manera francesa, porque eso de freírlas con un poco de mantequilla, muy poca, además de darles una chispa extra de sabor, resulta ser más sencillo que freírlas en el abundante aceite caliente.

Puedes preparar unas tostadas francesas en un abrir y cerrar de ojos y así disfrutarlas en un desayuno, que es a la hora que más me apetecen a mi. Cuando hago torrejas suelo pasar más tiempo delante de la cocina y como me gusta ponerle almíbar, las prefiero cuando llevan más tiempo en el frigorífico y han absorbido más sabor. Unas tostadas francesas las preparo en el momento que las voy a comer. Calentitas están bien ricas y veréis lo fáciles y rápido que están listas.

tostadas francesas

Ingredientes para preparar tostadas francesas (2 personas)

  • 4 rebanadas de pan (yo empleé uno blanco de molde)
  • 250 ml de leche (1 taza)
  • 2 huevos
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 1 rama de canela
  • 1/2 cucharada de canela en polo para espolvorear
  • 1 trozo de piel de limón o naranja (yo la rallo porque me gusta ver las pintitas)
  • una nuez de mantequilla (25 gr)
  • miel o más azúcar al gusto

Cómo preparar tostadas francesas

  1. Pon en un cazo la leche con la ramita de canela, el azúcar y la piel del limón o la naranja. Llévala a ebullición. En cuanto hierva aparta del fuego y tapa mientras se atempera. Yo pongo agua bien fría en el fregadero y la dejo que se enfríe un poco para que luego las tostadas no se rompan al empaparlas. Puedes hacer esto la noche antes y guardar en la nevera listo para usar en el desayuno.
  2. Bate los dos huevos y mezcla con la leche ya atemperada (esta es otra diferencia con las torrejas que el huevo no se mezcla con la leche). Dispón las rebanadas de pan en una fuente y riega con toda la leche.
  3. Calienta una sartén con la mantequilla. Con una buena temperatura (no muy alta) dora las rebanadas de pan con la leche que han absorbido. Hazlas de dos en dos y déjalas que se doren bien por cada lado.
  4. Retíralas a un plato y ponles un poco de miel por encima o espolvorea azúcar si te gusta más. Por último espolvorea con canela en polvo.

Si usas miel en vez de azúcar darás un toque extra de sabor y mejorarás el valor nutritivo de estas torrejas o tostadas francesas. La combinación de miel con canela tiene unos poderes realmente maravillosos para la salud. Nada aquí les dejo, espero haber despertado un poquito el apetito con estas ricas tostadas enriquecidas.

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