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Cupcakes salados: un entrante diferente para un menú nada corriente

3 Jul
Todos los derechos reservados por Tras La Receta

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La idea de unas magdalenas saladas con ingredientes que pueden variar según las preferencias de cada quien, y con una cubierta generosa, también salada, estoy segura que va a encantar a quienes se animen a preparar esta receta. Ya sé que en verano eso de encender el horno puede ser una tarea de mucho coraje, pero también, una vez pasado el momento del «sofocón», nos puede alegrar una tarde en la playa o la piscina, a la sombra de un árbol o simplemente a la mesa de casa.

Esta vez con ingredientes a mano como cebolla, beicon y nueces, conseguí una base bien sabrosa. Para la cubierta o frosting emplearemos un puré de patata aromatizado. La próxima vez experimentaré con sobrasada o chorizo y cebolla caramelizada, una mezcla que nos encanta, o con espinacas, piñones y queso de cabra. Las opciones puedes ser muchas, pero hoy les dejo una receta en concreto. Vayamos a poner manos en la masa.

Ingredientes para preparar Cupcakes de cebolla, bacon y nueces (12-14 cupcakes)

  • 2 huevos grandes
  • 125 gr de mantequilla salada (yo utilicé reducida en materia grasa)
  • 125 gr de azúcar (puedes utilizar miel)
  • 150 ml de leche
  • 270 gr harina (yo utilicé integral)
  • 2 cucharaditas de polvos Royal
  • 2 cebollas (1 muy grande)
  • 6 lonchas de bacon en tiritas
  • 2 cucharadas de aceite de oliva (si fuera necesario)
  • pimienta negra recién molida
  • 2 cucharadas de ajo deshidratado en polvo
  • sal

Para la cobertura:

  • 4 patatas
  • 60 gr de mantequilla (puedes poner queso crema o simplemente aceite de oliva virgen extra)
  • 1 ramita de perejil finamente picado
  • 1/2 dientecillo de ajo majado
  • unos tropezones de jamón serrano o ibérico
  • sal
  • 60 gr de nueces peladas y troceadas

Cómo preparar cupcakes de cebolla, beicon y nueces

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  1. Primero pon a cocer las patatas con su piel en agua con sal hirviendo durante unos 45 minutos.
  2. Precalienta en el horno a 175 grados.
  3. Pon en una sartén con el fuego medio a fuerte el bacon picado en tiritas finas. Una vez esté doradito añade la cebolla previamente pelada y cortada en fina brunoise. Si no ha soltado grasa el bacon porque estaba más bien magro añade antes de la cebolla las dos cucharadas de aceite de oliva o menos según veas que haga falta. No es necesario pasarse con la grasa.
  4. Deja que la cebolla se poche durante unos 8 a 10 minutos y así adquiere todo el sabor del bacon. Separa del fuego y deja enfriar.
  5. En un bol mezcla el azúcar con la mantequilla que debe estar a temperatura ambiente con consistencia de pomada.
  6. Añade uno a uno los huevos y deja que se incorporen bien y resulte una mezcla ligera y esponjosa.
  7. Incorpora la leche, mezcla bien y a continuación ve sumando la harina tamizada con la levadura y el ajo en polvo o deshidratado.
  8. Agrega la cebolla pochada con el bacon y las nueces previamente pasadas por un poco de la misma harina, lo cual hará que se distribuyan de forma homogénea y no vayan al fondo de las cápsulas de papel.
  9. Coloca en moldecitos individuales o en una bandeja para cupcakes las cápsulas de papel y rellénalas un poco menos de su capacidad.
  10. Hornea entre 18 y 20 minutos a la misma temperatura inicial hasta que hayan subido. Para estar seguros de que están bien horneados pincha con un palillo y si sale limpio ya están listos. Déjalas enfriar sobre una rejilla ya fuera del molde.

La cobertura:

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  1. Una vez cocidas las patatas y con la piel retirada procede a hacer un puré con la mantequilla, mezcla bien el diente de ajo majado, el perejil y la pimienta.
  2. Prueba de sal y si lo requiere rectifica.
  3. Como tercer y último paso, una vez tibio el puré, rellena una manga pastelera y con una boquilla lisa procede a coronar cada magdalena salada.

Yo tengo que confesar que mi manga se abrió a la primera y tuve que recurrir a algo tan sencillo como poner a ojo de buen cubero el puré sobre las magdalenas y con ayuda de un tenedor hacer el diseño que muestro en las imágenes, tan simples pero tan bonitos al final. Conclusión que si no tienes manga o no quieres tener que ensuciar más o simplemente saltarte esta operación van a quedarte igualmente geniales. Una montañita más o menos igual a la de al lado y un caminito con el tenedor. Pon unos daditos de jamón o no y a disfrutar tus cupcakes salados. ¡Feliz fin de semana!

Asadillo manchego: como me enseñaron en Las Tablas de Daimiel

10 Ene
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Hace algunos fines de semanas ya, tuve la oportunidad de visitar, en Ciudad Real, Las Tablas de Daimiel, un paraíso de aves migratorias acuáticas y otras especies y que no puedo imaginar de otra forma que como es ahora. Recuperado de una sequía cruel de años, este humedal albergó hace poco la presentación de un proyecto artístico medioambiental convertido en libro y que igualmente fue momento propicio para disfrutar de la gastronomía de Castilla La Mancha.

Compartiendo con amigos y personas afines al evento, probamos y comentamos, entre varios platos, el que corresponde a nuestra entrada de hoy: el asadillo manchego. Lo cierto es que me gustó muchísimo y ya, más que con los sabores asumidos e identificados, logré llevarme a casa la versión de una madre daimielina, tan sencilla y a la vez francamente deliciosa.

Es un plato muy agradecido, que podemos preparar con antelación, degustarlo aún caliente o fresquito para tiempos calurosos que aún están por venir. Con unas chuletitas de cordero va que ni pintado, pero también podemos emplear nuestro asadillo manchego como guarnición de cualquier otra carne. Yo las probé también con un asado de aguja de ternera y hacen un matrimonio perfecto. ¿Quieres disfrutar de esta receta, además de sabrosa, saludable? Vayamos manos a la obra.

Ingredientes para preparar Asadillo manchego (4 personas)

  • 2 pimientos rojos morrones o de asar talla XXL (bien grandotes o de lo contrario utiliza 3 o 4)
  • 3-4 dientes de ajo finamente picados
  • 1 tomate maduro sin piel y rallado  (opcional) (si tiene mucha agua pásalo por un colador para retirar el exceso de agua)
  • 1 1/2 cucharadita de cominos molidos (utiliza solo 1 cdta o solo 1/2 cdta si no te gusta mucho del comino)
  • 2 huevos cocidos (opcional)
  • 3-4 cucharadas aceite de oliva virgen extra
  • sal

Cómo preparar Asadillo manchego

  1. Lava bien los pimientos, úntalos con aceite de oliva, ponles unas piedrecitas de sal gorda y envuélvelos muy bien en papel de aluminio o papel albal y ponlos a hornear a 180 grados Celsio durante unos 30 a 35 minutos.
  2. Transcurrido el tiempo saca la bandeja del horno y abre el papel de aluminio para que los pimientos se refresquen y puedas trabajarlos sin quemarte. Una vez templados retira la piel con un cuchillo de puntilla. Si están bien asados comprobarás que la piel (una telilla muy fina casi traslúcida) sale fácilmente para dejar libre toda la carne de los pimientos asados. Quita el tallo y el exceso de las semillas con una cuchara, pero si se te queda alguna no le des importancia, a menos que no te gusten nada. Corta en tiras no muy largas.
  3. En una cazuelita de barro (puedes utilizar una sartén o lo que prefieras o tengas a mano) pon a calentar 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y a continuación el ajo picado.
  4. Antes de que pueda quemarse (pon el fuego medio) añade el tomate rallado y una pizca de sal, remueve y cuando empiece a sofreír agrega el pimiento ya troceado en tiras o a tu gusto, incorpora el comino, remueve, rectifica de sal y deja al fuego unos 10 ó 15 minutos. En ese tiempo, o anteriormente, pon a cocer dos huevos en agua abundante, unos 6-8 minutos desde que comienza a ebullir el agua.
  5. Listo el asadillo, corona con los huevos cocidos troceaditos o en media lunas, como prefieras.

Una forma muy saludable de comenzar el año. Los pimientos son riquísimos en Vitamina C, el tomate natural cocinado es un aliado en la lucha contra el cáncer, el ajo favorece el sistema inmunitario y ya sabemos los beneficios que trae a nuestra salud cardiovascular el aceite de oliva. Razones suficientes para incorporar todos estos ingredientes a la dieta, y si es todos de una vez, la mejor opción es este sabroso asadillo manchego. Buen provecho 😉

Crema de calabacín con semillas de chía: templada para los días de verano

21 Ago
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La chía es quizá tan antigua como el lino o el sésamo, pero lo cierto es que hasta hace muy poco su empleo era apenas conocido y hoy ha cobrado un auge tremendo,  sobre todo fuera de sus fronteras naturales. Y nos alegra en esta otra parte del planeta que así haya sido porque sus beneficios no son pocos. Tengo que reconocer que la primera vez que probé estas semillas de chía, más que diluidas hinchadas en un vaso de agua para contrarrestar los efectos de cansancio y deshidratación ante una carrera larga, no fue para nada de mi agrado, pero en elaboraciones como esta crema de calabacín que os traigo hoy, seguramente querrán incorporarla a vuestra alimentación regular conociendo su efecto positivo directo sobre la salud.

Tomar las semillas de chía con otros alimentos complementa y completa nuestras necesidades de vitaminas, minerales y proteínas. Para aquellos que están a régimen y quieren controlar el apetito es ideal ya que sacian antes y reducen los antojos a la larga. El por qué se debe a que absorben diez veces su peso en agua; al combinarlas con líquidos forman una gelatina que produce la sensación de saciedad y que de paso ayuda a conseguir en algunas elaboraciones consistencias más densas, respetando los sabores gracias a su suavidad, como en el caso de la receta de crema de calabacín de hoy.

Excelentes fuente de fibra y antioxidantes, las semillas de chía poseen además altos valores en calcio, proteínas y los bien conocidos y aliados anticolesterol y antitriglicéridos, ácidos grasos omega 3 ciento por ciento de origen vegetal. Aunque hay pocos estudios científicos realizados que avalen el impacto en humanos de sus propiedades, lo cierto es que su uso generalizado por deportistas de alto rendimiento ha coadyuvado en que sean cada vez más los que prueban este alimento, disponible en la mayoría de los herbolarios del mundo y cuyo consumo tenían en tercer lugar los antiguos pobladores de México, tras el maíz y los frijoles.

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Ingredientes para preparar Crema de Calabacín con semillas de chía (4 personas)

  • 2-3 calabacines grandes (yo empleado uno solo de la huerta que pesaba por 3)
  • 400 ml de caldo de vegetales
  • 1 cebolla
  •  1 diente de ajo
  • 2 cucharadas de semillas de chía
  • 1 cucharada de queso parmesano en lascas por comensal (opcional)
  • pimienta
  • sal

Cómo preparar Crema de Calabacín con semillas de chía

  1. Lava muy bien los calabacines a los que dejaremos esta vez la piel (si no te gusta puedes pelarlos) y corta en trozos no necesariamente pequeños.
  2. Pon a calentar el caldo de vegetales en una olla con tapa (si no tienes hecho disuelve una pastilla de caldo de vegetales Gallina Blanca o bien utiliza solo agua con algo de sal) y una vez alcance la ebullición añade los calabacines y tapa. Deja cocer unos 6 a 8 minutos hasta que estén hechos pero no desbaratados. No importa que veas poco caldo, porque con el vapor y el agua que sueltan los calabacines se harán y tendrán la consistencia apropiada.
  3. Uno o dos minutos antes de terminar añade la cebolla en trozos grandes y el diente de ajo pelado.
  4. Transcurrido el tiempo de cocción de los calabacines separa del fuego, agrega las semillas de chía y una vez haya reposado unos minutos (verás como las semillas doblan su tamaño y espesan el caldo)  pasa por la batidora hasta que esté todo perfectamente integrado.
  5. Prueba y rectifica de sal si fuera necesario y estará lista para servir coronada, opcionalmente, con una cucharada de queso parmesano en lascas pequeñitas .
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Esta es una crema que puedes consumir lo mismo en invierno acabada de hacer bien calentita o en verano, templada o incluso fría como se tomaría un gazpacho. Las semillas completan nutricionalmente cualquier preparación en la cual las empleemos y además, por su sabor muy suave, no variará en nuestro paladar cualquier elaboración a la que estemos acostumbrados. Comienza a pensar en estas semillas como aliadas si quieres rebajar peso o simplemente para controlar lo que comas y mantenerte sobre todo saludable.

¿Te apetece probar otra crema de calabacín, también ligera pero con otra manera de preparar? Pinc

ha AQUÍ. Que quieres elaborar en casa un pan muy fácil y nutritivo con semillas muy ricas como la chía, haz click también AQUÍ.

Ragout a mi manera o fricasé de cerdo

19 Ago
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La receta clásica de ragout de ternera no lleva patatas, pero esta versión con magro de cerdo que traigo hoy, llámese ragout o fricasé como en Cuba, va justo como más gusta en casa, con unas «papas» de guarnición cortadas en cachelos para que aporten a la salsa de este tipo de guisos el espesor y sabor más pronunciados. La zanahoria, los guisantes y tomates del ragout italiano tampoco faltan a esta receta, la cual podréis disfrutar con un arroz blanco desgranado o un buen trozo de pan para rebañar en la salsa. Es un plato de cuchara pero que podemos compartir también este verano con una cerveza bien fría o un vino fresquito.

¿Te apetece preparar esta receta, donde la fusión tiene la última palabra? Las claves, el adobo cubano de la carne, y la elaboración de la salsa a la italiana las tienes aquí mismo en el paso a paso de la receta. Si además te anima la idea de preparar un fricasé de pollo a la cubana no dejes de pinchar en el enlace anterior. La propuesta de hoy tiene dos maneras de prepararse: una más rápida que termina de cocinarse en la olla a presión en solo 8 a 10 minutos, y otra con menos prisas en cazuela tradicional.

Ingredientes para preparar Ragout a mi manera o fricasé de cerdo (4 personas)

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  • 700 gr de magro de cerdo
  • 4 tomates de pera bien maduros (400 gr de tomate troceado o triturado de bote)
  • 250 ml de caldo de carne (+ otro poco si fuera necesario para cubrir)*
  • 3-4 patatas de guarnición (de las pequeñitas) troceadas en cachelos
  • 1 zanahoria grande en rodajas o medias lunas
  • 1 taza (250 ml) de guisantes finos (yo utilicé congelados)
  • 1 cebolla finamente picada
  • 1 pimiento verde italiano
  • 1/2 pimiento rojo
  • 3 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de comino molido
  • 1 cucharadita de orégano
  • 1 cucharadita de tomillo (opcional)
  • 1 hoja de laurel
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • sal

*Si no tienes preparado caldo utiliza una pastilla de caldo de carne Gallina Blanca 100% natural de la forma que te explico más adelante en el cómo preparar…

Para el adobo (marinado) de la carne:

  • 100 ml de vino blanco
  • 100 ml de zumo de naranja y lima o limón
  • 2 dientes de ajo majados
  • 1 cucharadita de cominos
  • pizca de pimienta negra
  • sal
  1. Mezcla el vino blanco con la naranja y la lima o limón.
  2. Maja en un mortero los ajos con el comino y una pizca de sal para que no salten los ajos hasta que esté todo bien integrado en una pasta.
  3. Sazona la carne con sal y pimienta primero y luego úntala bien con el majado, riega por último con la mezcla de vino y zumo. Tapa bien con film transparente
  4. Deja la carne en adobo al menos 2 horas. Si prefieres hazlo la noche anterior para preparar la receta posteriormente.

*Puedes saltarte el adobo y preparar la carne sazonándola con sal y pimienta en el momento de su cocción. En ese caso utiliza la misma cantidad de vino del adobo para preparar la salsa.

Cómo preparar Ragout a mi manera o fricasé de cerdo

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  1. Deja a punto todas las verduras: el tomate escaldado, pelado y troceado en caso que los uses de forma natural; la zanahoria pelada y cortada en rodajas o medias lunas si prefieres; la cebolla en brunoise muy fina; los dos tipos de pimientos en cubitos del tamaño que prefieras. Con el ajo, el comino, el orégano y tomillo haz un majado y reserva (si no tienes preparado caldo de carne puedes añadir a este majado una pastilla de Caldo de Carne Gallina Blanca 100% natural)

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  2. En la olla a presión o tradicional (la que decidas) pon a calentar el aceite de oliva y dora la carne previamente escurrida a fuego alto en dos o tres partes o tandas para que selle y tome color. Retira y reserva hasta que esté toda dorada.

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  3. En el mismo aceite ya con el fuego bajo añade la cebolla y raspa o desglasa el fondo para que los jugos y sabores de la carne se fundan con los de la verdura. Una vez pochada la cebolla añade los dos tipo de pimientos, pon una pizca de sal y la hoja de laurel y deja que se ablanden durante unos 5 minutos. Es el momento de añadir el adobo de la carne o en su defecto el vino blanco y dejar evaporar.
  4. A continuación añade los guisantes y el tomate bien troceadito más otra pizca de sal y deja sofreír hasta que el tomate se haya integrado bien.
  5. Incorpora la carne ya dorada que tenías reservada, las patatas y la zanahoria, añade el caldo de carne (misma cantidad de agua en caso de que hayas empleado la pastilla en el majado) y el majado de ajo con las especies que reservamos anteriormente.
  6. Fíjate que haya suficiente líquido para cubrir la carne, sino es así añade un poco más de caldo o agua, revuelve y deja cocinar unos 25 a 30 minutos a fuego medio si es en olla tradicional o en caso de que emplees la olla a presión unos 8 a 10 minutos contados una vez haya comenzado a liberar el vapor. En este último caso deberás poner el fuego al máximo para que alcance la presión pero una vez conseguido no tardes en bajarlo a media intensidad no vayas a terminar quemando todo.

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Listo! Sirve y espolvorea en el último momento con perejil. Recuerda que puedes acompañar este guiso de carne con un arroz blanco desgranado o de un buen trozo de pan para rebañar la salsa. Hasta otro encuentro, os dejo disfrutar de esta receta que, como plato único, os va a dejar satisfechos y con ganas de repetir pronto.

 

Falafel: otra receta de Oriente desvelada

20 Abr
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Dicen que ya desde los tiempos de Mahoma y por referencias en el Corán se conoce del falafel. ¿De dónde es originario? No se sabe a ciencia cierta, aunque una y otra vez se mencione a la India como raíz de este plato. Lo cierto es que nos ha llegado directamente de la cocina del Oriente, cada vez menos lejano. Esta especie de croqueta o fritura de garbanzos o habas, dependiendo de la zona donde se consuma, fundamentalmente Paquistán, países de Oriente Medio y la India, ha dejado de ser una exquisitez exclusiva de los restaurantes especializados para irrumpir en las cocinas de numerosos hogares.

Lo que distingue el falafel de otras frituras o empanadillas es que su ingrediente fundamental no se cocina, sólo se pone en remojo el tiempo suficiente para poder triturarlo de conjunto con el resto de sus componentes. Rico en proteínas de origen vegetal es un plato estrella para vegetarianos y para todos aquellos que desean incluir más alimentos no animales en la dieta. A los pequeños les encantará y los mayores no se quedarán atrás.

Aunque el falafel que conocemos en Occidente suele ser completamente de garbanzos, se prepara también solo con habas como la variante egipcia llamada ta`miyya, con una mezcla de ambas legumbres, o solo con garbanzos como la receta que elaboramos hoy, acompañada con la tradicional salsa de yogur a manera de entrante o plato inicial. El falafel también se puede acompañar con salsa de Tahine y disfrutarla en un pan de pita a manera de bocadillo. De cualquier manera está realmente delicioso y especialmente nutritivo y sano.

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Ingredientes para preparar Falafel (2-4 personas)

  • 250 gr garbanzos secos remojados
  • 1 cebolla pequeña
  • 2-3 dientes ajo sin el nervio central
  • 1 ramita de cilantro fresco
  • 1 cucharada de perejil fresco
  • 1 cucharadita de cominos molidos
  • 1 cucharadita de pimentón
  • pimienta negra (pizca al gusto)
  • 1 cucharadita de levadura química, Polvos Royal o bicarbonato
  • sal
  • aceite de oliva suave para freír
  • Para la salsa: 1 yogur + 1 cucharada de zumo de limón + 1 cucharada de hierbabuena o menta finamente picada + sal
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Cómo preparar Falafel

  1. Pon en remojo al menos 24 horas los garbanzos. Mejor si los dejas 48 horas y vas cambiando el agua del remojo dos veces al día.
  2. Una vez bien hinchados, retira el agua, escúrrelos bien, ponlos en un paño limpio o sobre papel de cocina para secar el exceso de agua y luego procede a triturarlos. Si no tienes una mini-pimer o un accesorio triturador haz como hago yo: machaca los garbanzos poco a poco en un mortero grande y déjalos en mejor estado para pasarlos más tarde por la batidora sin riesgo de que la rompas.
  3. Pica el ajo y la cebolla y añádelos con el resto de los ingredientes: (cilantro, perejil, comino, pimentón y la levadura) a la pasta de garbanzos obtenida en el mortero. Si tienes accesorio triturador ponlo todo junto a los garbanzos y procede a triturar. De lo contrario ponlo todo junto después de haber majado los garbanzos y pasa por la batidora hasta obtener una masa homogénea con aspecto parecido a la arena fina húmeda. No importa si te queda algún pequeño tropezón.
  4. Haz una bola compacta, tapa con un paño húmedo y deja reposar por una hora en un lugar muy fresco o en la parte menos fría que tengas dentro de la nevera.
  5. Transcurrido el tiempo de reposo en que hará efecto la levadura sobre la masa para un resultado más esponjoso, mójate las manos y procede a formar bolitas uniformes que luego puedas aplanar ligeramente. Cuando estés dando forma a las bolitas ayúdate de una cuchara no muy grande para coger las mismas cantidades una y otra vez. Aprieta en el proceso para eliminar el exceso de agua.
  6. Una vez formados nuestros falafel calienta abundante aceite de oliva suave y cuando esté bien caliente procede a freír poco a poco hasta que se doren. Pásalos a un plato forrado con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
  7. Sirve acompañado de nuestra salsa de yogur.
  8. Para hacer la salsa de yogur mezcla el yogur, el zumo de limón, la hierbabuena y sazona a tu gusto.

Así de fácil esta receta. Escoge un aceite de oliva muy suave indicado para freír y que no otorgue un sabor desvirtuado del que debe tener el falafel, suficientemente sabroso ya con el garbanzo, el cilantro y el ajo. Si cuando tritures todo, el resultado es una masa muy húmeda y difícil de formar, añade un poco de harina, de garbanzo preferentemente, pero no te pases para que no te queden demasiado secos después de haberlos freído. Por eso mejor escoger un garbanzo fresco que necesite menos tiempo en remojo.

 

Navajas a la plancha con ajo y limón: un aperitivo rápido, fácil y con sabor a mar

2 Mar
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Aunque llevo algunos días sin publicar nada, tengo el tiempo un poco ajustado últimamente, no he dejado de cocinar y pensar en este pequeño espacio en que mis raticos en la cocina son protagonista. Para despedir o iniciar otra semana, dependiendo del calendario de cada cual, os traigo estas navajas a la plancha con ajo y limón que resaltan todo el sabor a mar que poseen estos humildes pero riquísimos moluscos, procedentes generalmente de los mares de Galicia, Irlanda o Portugal, y que se preparan en menos de lo que canta un gallo.

Imagen tomada de artículo de diario El País.

Imagen tomada de artículo del diario El País.

Las probé hace relativamente poco tiempo, en una de nuestras salidas de tapeo por Madrid. Me las recomendó una amiga y aquí están en mi mesa de tanto que me gustaron. Con un vino blanco, Verdejo de Rueda, están de vicio, además de muy saludables y nutritivas. Tardan en hacerse lo que puedan tardarse en abrirse que es muy poco. Yo utilicé una sartén muy amplia con una tapa para concentrar el vapor y se hicieran antes. Unos dientes de ajo bien majados con perejil, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y zumo de limón al gusto para dar el toque final a nuestras navajas. Para los amantes de los mariscos o, como dice mi novio, de todos esos «bichos del mar» he aquí esta delicia.

Ingredientes para preparar Navajas a la plancha con ajo y limón (2-4 personas)

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  • 1 maso de navajas (unos 300-400 gr)
  • 4 dientes de ajo
  • 1 cucharada de perejil finamente picado
  • zumo de limón (al gusto) + unas rodajas del limón extras
  • 1 chorrito de aceite de oliva virgen extra
  • sal
  • crema de balsámico de Módena (opcional para decorar el plato)

Cómo preparar Navajas a la plancha con ajo y limón

  1. Primero pon las navajas durante unos 15 minutos en un recipiente con agua con sal o con agua gaseada para que las navajas eliminen toda la arena que puedan tener dentro.
  2. Prepara el majao de los ajos con solo una pizca de sal, la cucharada de perejil y un chorrito de aceite de oliva virgen extra, mezcla bien y unta la sartén ya caliente con la mitad de esta pasta, reserva la otra mitad con zumo de limón incorporado.
  3. Añade las navajas antes de que se pueda quemar el ajo. Tapa la sartén. En unos pocos minutos (2-4 minutos) se abrirán las navajas. Destapa,  riega con el resto del majado con zumo de limón incorporado (dos cucharadas) y deja un par de minutos más a fuego vivo para que se evapore el líquido.
  4. Separa del fuego para que no resequen.
  5. Coloca las navajas en un plato decorado en el fondo con crema de balsámico de Módena y acompaña con unas rodajas de limón.

¡Listo!  Un aperitivo fácil, rápido de preparar y muy rico. Si alguna de las navajas no se abrió, deséchala.

Moros y cristianos: un clásico de la gastronomía criolla cubana

10 Ene
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A la costumbre muy extendida por El Caribe de guisar juntos arroz y frijoles (alubias), debemos los cubanos un plato que nos ha acompañado desde hace mucho y del que hemos disfrutado, generación tras generación. Se trata de los moros y cristianos, una sabia combinación de proteínas vegetales que a pesar de aunar suficiente alimento, suele despacharse acompañada de proteína extra y otro extra de carbohidratos. Así somos de golosos y muchas veces exagerados. Pero no deja de ser deliciosa e identificativa una completa de moros y cristianos, lechón asado y yuca con mojo.

Cada cocinero, aun respetando el procedimiento general, tiene su forma de preparar moros y cristianos o congrí. Los primeros, los que hoy presentamos, se cocinan con frijoles negros; los segundos, con frijoles colorados (alubias rojas). Muchos tienden a llamarle a los primeros como los segundos, ya que el procedimiento es casi idéntico, pero de acuerdo con referencias bibliográficas los nombres para cada uno están bien definidos.

El investigador y folclorista cubano Don Fernando Ortiz  escribe: «Congrí es vocablo venido de Haití donde a los frijoles colorados se les dice congo y al arroz riz, como en francés. Congrí es voz de creole haitiano que significa congos con arrozCongrí no equivale a moros y cristianos, como en Cuba decimos al arroz con frijoles negros, que también parece ser plato de cocinero africano.»

Volviendo a la manera de cocinarlos, reitero: cada maestro tiene su librito. Las proporciones varían dependiendo de los ingredientes esenciales como el tipo de arroz y la calidad y frescor de los frijoles. Tengo que confesar que desde que estoy aquí en España he intentado una y otra vez preparar unos moros y cristianos como los que hacía en Cuba, pero solo el pasado 31 de diciembre, durante la cena de Noche Vieja, hemos disfrutado unos igual de ricos, cuyo procedimiento quiero compartir hoy con vosotros. ¿Estáis listos? Pues a la cocina.

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Ingredientes para preparar Moros y Cristianos (4 personas)

Ingredientes para los frijoles:

  • 500 gr de frijoles negros secos (unas 2 tazas)
  • 8 tazas de agua
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de comino
  • 1/2 pimiento rojo morrón
  • 1 chorrito de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de sal

Cómo ablandar los frijoles

  1. Haz los frijoles negros la noche anterior o muy temprano en la mañana para que estén completamente a temperatura ambiente cuando vayas a hacer el arroz. Pon todos los ingredientes anteriormente citados en una olla a presión y cocínalos a fuego medio entre 15 y 20 minutos contados a partir que alcance la presión. Para que coja la presión bien es necesario que pongas el fuego a tope pero inmediatamente que empiece a pitar baja a fuego bajo-medio.

Nota: Los frijoles que suelo comprar son muy tiernos y solo les doy entre 15 y 18 minutos, porque para preparar moros y cristianos los granos tienen que estar tiernos pero enteros, no desbaratados como en el caso del potaje. De todo el contenido de la olla solo emplearemos una taza y algo más de granos que dejaremos aparte y utilizaremos más adelante, más un litro (4 tazas) de caldo libre de granos. El resto congélalo y otro día prepara un buen potaje. Ahora volvamos a los ingredientes para conseguir unos ricos moros y cristianos.

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  • 1 1/2 taza de arroz vaporizado (en Cuba lo conocemos como precocinado)
  • 1 taza y un poco más de granos de frijoles negros cocidos
  • 4 tazas (1 litro) de caldo de frijoles negros
  • 1 hoja de laurel
  • 1/4 cucharadita de comino molido
  • 1/4 cucharadita de orégano
  • 4-5 dientes de ajo majados en el mortero
  • 1 cebolla cortada en brunoise (cuadraditos pequeñitos)
  • 5 lonchas de beicon (en Cuba se le pone chicharrones puerco, yo me adapto)
  • 4 cucharadas de aceite de oliva (en sustitución de manteca de cerdo en misma proporción)
  • sal

Cómo preparar Moros y cristianos

  1. Pela y maja los ajos en un mortero con un pizca de sal. Coge la mitad del ajo machacado y sofríe en 3 cucharadas de aceite de oliva en la cazuela que hayas escogido para hacer el arroz. Incorpora el arroz antes de que pueda quemarse el ajo y saltea un par de minutos. A continuación echa el caldo de frijoles negros colados sin los granos más dos cucharaditas de sal al gusto. Deja cocer bien tapado con el fuego bien bajito y sin remover.
  2. Mientras, prepara el sofrito. Corta las lonchas de beicon en tiras finas y pequeñas y ponlas a freír con una cucharada de aceite de oliva hasta que estén bien tostaditos.
  3. Añade la otra mitad del ajo majado, remueve y suma la cebolla antes de que puedan quemarse los ajos. Pon otra cucharada de aceite de oliva si está muy seco después de haber incorporado la cebolla. Agrega el comino, el orégano y otra pizca de sal y deja pochar muy bien a fuego bajo.
  4. Cuando el arroz haya absorbido el caldo (pasados unos 15 minutos aproximadamente dependiendo del fuego y la cazuela) añade los granos que tenías reservados más el sofrito preparado y remueve bien para que se mezcle todo.
  5. Deja un par de minutos más, luego apaga el fuego y por último deja reposar unos 5 minutos.

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Listo. Ya tienes el típico arroz con frijoles cubano para acompañar el cerdo asado y la yuca con mojo que hace siempre sucumbir a los residentes de la Isla caribeña, a quienes los visitan y a los que están fuera también. Esta receta, con alguna variación, es la que me transmitió mi madre, y a ella mi abuela. Habrá quien la prepare de una manera distinta, igualmente válida y seguramente deliciosa, pero con ésta aprendí que poner el sofrito y los granos en los últimos momentos de cocción, además de lograr la textura perfecta de un arroz desgranado y tierno, nos premia igualmente con muchísimo sabor.

Si has tratado más de una vez de preparar moros y cristianos sin los resultados que esperabas, prueba a hacerlos esta vez con arroz vaporizado y verás que no se te pasará y te quedará como debe ser. Las recetas de yuca con mojo y el cerdo asado a mi manera os lo debo, pero por el momento os dejo un adelanto de lo que será. En Cuba solemos preparar moros y cristianos o congrí a la menor oportunidad, así que no esperéis a fin de año para disfrutarlo.

Entrante de mejillones en salsa picante suave

10 Dic
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Un aperitivo apropiado para inaugurar cualquier cena de las que están por venir es este entrante de mejillones en salsa picante suave, que podréis preparar y adaptar dependiendo de los gustos de cada cuál. Con una base de salsa de tomate con cebolla, ajo, pimientos rojos, guindilla verde fresca, un toque extra o no de jalapeños y Tabasco, más guisantes, podrás incorporar unos mejillones cocidos o el marisco de tu preferencia.

¿Te apetece prepararlos para estas fiestas? Pues aquí tienes la receta, muy fácil y rápida de preparar, pero una manera sabrosa y diferente de iniciar una cena estupenda como la que seguramente tendréis.

Ingredientes para preparar Entrante de mejillones en salsa picante suave (para unas 4 personas) 

  • 300 gr de mejillones cocidos (la carne)
  • 4 dientes de ajo
  • 1 cebolla dulce grande
  • 1 cucharada sopera de perejil seco
  • 1 cucharadita de orégano
  • 1 hoja de laurel
  • 1/2 pimiento rojo morrón
  • 1/2 guindilla verde fresca
  • unas rodajitas de jalapeños encurtidos (opcional)
  • 200 ml de tomate natural triturado
  • 100 ml de vino blanco
  • 1 taza de guisantes congelados
  • 1 cucharadita de azúcar
  • unas gotas de salsa picante Tabasco (opcional)
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • pimienta negra
  • sal
  • mayonesa ligera (yo utilicé Ligeresa)
  • ramita de albahaca para decorar

Cómo preparar Entrante de Mejillones en salsa picante suave

  1. Corta en láminas el ajo y ponlos a dorar en el aceite de oliva caliente junto con la guindilla finamente picada. Antes de que puedan quemarse añade la cebolla en dados no muy pequeñitos. Añade la hoja de laurel y el perejil y deja pochar unos 5 minutos.
  2. Incorpora el pimiento rojo en cubitos (tampoco muy pequeñitos). Tapa y deja que se hagan los pimientos otros 5-8 minutos.
  3. A continuación sube un poco el fuego, riega con el vino blanco y deja que evapore. Suma el tomate triturado, mezcla bien, añade sal, la cucharadita de azúcar, el orégano y los guisantes congelados.
  4. Deja cocinar unos 10 a 12 minutos, removiendo alguna vez. Cuando haya adquirido consistencia la salsa añade los mejillones y los jalapeños de manera opcional, remueve, deja un par de minutos y retira del fuego. Deja reposar unos 5 minutos.
  5. En copas pon una base de mayonesa ligera, sirve encima los mejillones en salsa, espolvorea con pimienta negra y pon unas gotas de salsa Tabasco en las raciones de quienes así lo quieran. Corona con una ramita de albahaca y listo.

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Escoge unas copas pequeñas de vino para obtener una ración más bien pequeña. Con ese toque de picante este entrante nos preparará para disfrutar mejor de lo que venga detrás. Es cada vez más defendida la teoría de que el consumo moderado de picante en las comidas (cada organismo tiene una capacidad diferente de asimilarlo) quema calorías, mejora la circulación, combate los resfriados e incluso puede resultar un aliado en la prevención de cáncer. Eso sí, si padeces de úlcera estomacal o de otras dolencias del tracto digestivo, mucho cuidado.

Si no te gustan mucho los mejillones puedes sustituirlos por gambas, langostinos o camarones, también previamente cocidos, o incluso puedes hacer una mezcla de ellos, el resultado será sin dudas superior. Sepan las embarazadas que los mejillones son una opción increíblemente nutritiva para incorporar en sus dietas. No solo para las mujeres en estado de gestación, también para aquellos que padecen anemia, los mejillones poseen un alto contenido en hierro de gran asimilación.

Y nada más, por el momento, disfruten de esta propuesta para navidad y de cada encuentro que pueda suscitarse este mes entre familiares y amigos.

Arroz salteado con salchichas y tortilla

9 Nov
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Todos tenemos días en los que una comida o cena nos toma por sorpresa. Para esas ocasiones en que no tenemos nada planeado y solo contamos con lo que guarda la despensa, aquí os va este arroz salteado con salchichas y tortilla, muy fácil de preparar, rápido y económico. Casi siempre en casa tenemos algún paquete de salchichas cocidas de cualquier tipo. En este caso utilicé unas grandes tipo Bockwurst de bote de cristal, pero si tienes otras también puedes emplearlas.

El resto de los ingredientes, excepto la salsa Lea & Perrins que puedes o no tenerla o incluso sustituirla por una de soja, el arroz, el ajo, la cebolla, los pimientos, la zanahoria, los huevos, suelen ser piezas que no faltan en toda cocina. La forma de preparar este plato es muy parecido al bien conocido arroz tres delicias, de cuya receta os dejo un enlace AQUÍ. Es el blog de Javi, referente por el cual comencé a escribir el mío. Y ahora sí vamos a nuestra propuesta de hoy.

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Ingredientes para preparar Arroz salteado con salchichas y tortilla (2-4 personas)

  • 1 taza de arroz largo
  • 4 salchichas cocidas Bockwurst
  • 2 zanahorias
  • 1 cebolla o cebolleta
  • 2 dientes de ajo
  • 2 pimientos verdes italianos
  • 3 cucharadas de cebollino fresco finamente picado (opcional)
  • 2 huevos extra grandes o 3 medianos
  • 2 cucharadas de salsa Lea & Perrins (puedes sustituir por salsa de soja)
  • aceite de oliva suave
  • pimienta
  • sal

Cómo hacer Arroz salteado con salchichas y tortilla

  1. Lava bien el arroz y cócelo en abundante agua hirviendo con sal los minutos que te recomiende el paquete. Cuela una vez hecho y reserva. Yo ya tenía el arroz cocido, que sobró de la noche anterior, así que tuve ya un paso adelantado.
  2. Trocea el ajo en láminas finas, la zanahoria en cubitos pequeñitos, así como la cebolla y el pimiento. El cebollino pícalo muy finamente.
  3. Todos los ingredientes preparados haz una o dos tortillas muy finas dependiendo de la amplitud de la sartén que utilices. Preferiblemente utiliza una antiadherente que te permita emplear solo el aceite estrictamente necesario. Una vez lista, haz tiras de tortilla y resérvalas. Si eres de los que siempre opta por la salida más fácil, puedes hacer un revuelto con los huevos y dejar la tortilla para cuando quieras una mejor presentación.
  4. Calienta el aceite en una sartén o wok y agrega primeramente la zanahoria unos tres o cuatro minutos, a continuación añade el ajo laminado, la cebolla y el pimiento. Sazona con sal y pimienta y deja saltear hasta que estén tiernas las verduras.
  5. Ahora incorpora las salchichas troceadas no muy pequeñas, el arroz, dos cucharadas de cebollino y la salsa Lea & Perrins, mezcla bien, saltea un minuto o dos más y separa del fuego.
  6. Sirve en platos o una fuente, incorpora las tiras de tortilla en forma de rollitos o espirales y la otra cucharada de cebollino para coronar. Deja al alcance la salsa por si alguien desea poner algo más a su plato.

Es una propuesta humilde pero sabrosa que puede sacarte en cualquier momento de un apuro. He de aclarar que la salsa de soja y la Lea & Perrins, excepto en el color, en nada se parecen. Doy la opción de la sustitución porque la salsa de soja como es sabido es la que le va como anillo al dedo a los salteados de este tipo.

Escogí la salsa Lea & Perrins porque me gusta muchísimo y ya sabéis lo que me encanta improvisar. Si decidí hacer un salteado con salchichas, ¿quién me iba a impedir utilizar esta salsa como complemento?  El resultado fue el de casi siempre: no dejamos nada en el plato.

Fajitas rellenas de carne con pimientos de padrón y cebolla confitada

4 Nov
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Cuando pensamos en fajitas siempre giramos la vista instintivamente al México lindo y querido de la canción. Y un poco, pero solo un poco de su sazón característica, tiene esta propuesta que os traigo hoy, donde se conjugan ingredientes que le otorgan un carácter internacional. Tortillas de maíz y un picadillo con un toque picante que nos recuerdan el país centroamericano, lo acompañamos con unos pimientos de padrón de Galicia, unas cebollitas francesas y una salsa de yogur para refrescar los sabores, que repito están más a la medida de quienes no estamos acostumbrados al fuego de los chiles más duros.

Estas fajitas de carne ya veréis lo fácil que podréis prepararlas, con ingredientes muy sencillos, naturales, fáciles de encontrar y sin tener que recurrir a productos pre-elaborados industrialmente. Yo os propongo un plato completo que podréis variar a vuestro gusto. ¿Que no tienes los pimientos de padrón o las cebollas francesas? Entonces opta por trocear unas patatas en gajos, aliñarlas con aceite de oliva, sal de ajo y alguna hierba aromática y hornearlas hasta que estén doradas para que las acompañes con la riquísima salsa de yogur que también os presento.

Y no me extiendo más que en esta receta no van una sino tres y mi deseo es que nos pongamos ya manos a la obra con estas Fajitas de carne con pimientos de padrón y cebolla confitada.

Ingredientes para preparar Fajitas de carne con pimientos de padrón y cebollas confitadas (para 4 personas)

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Para el relleno de las fajitas:

  • 8 tortillas de maíz
  • 400 gr de carne picada (yo empleé mezcla de cerdo y ternera pero puedes utilizar también de pollo o pavo)
  • 1 pimiento rojo grande
  • 3 tomates maduros pelados y troceados
  • 1 cebolla
  • 4-5 dientes de ajo
  • 4-6 rodajitas de jalapeños en vinagre
  • 3-4 cucharaditas de pimentón picante (yo utilicé de la vera)
  • 1 cucharada de perejil finamente picado
  • 1 cucharadita de cilantro molido o 1 cucharada fresco finamente picado
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • pimienta negra
  • sal

Pimientos de Padrón:

  • 400 gr de pimientos de padrón
  • un chorro de aceite de oliva virgen extra
  • sal gorda

Cebollas confitadas:

  • 8 cebollitas francesas
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • pizca de sal

Salsa fría de yogur:

  • 2 yogures naturales Griego sin azúcar
  • 2 cucharadas de mayonesa
  • 2 cucharaditas de mostaza
  • 1 diente pequeñito de ajo (puedes utilizar ajo deshidratado o en polvo)
  • 1/2 cucharadita de ralladura de limón (opcional)
  • 1/2 cucharadita de orégano seco
  • 1/2 cucharadita de tomillo seco
  • 1/2 cucharadita de perejil
  • sal

Cómo preparar nuestras Fajitas de carne con pimientos de Padrón y cebollas confitadas

Relleno y cebollas confitadas:

  1. Primero que nada pon a cocinar las cebollitas francesas enteras con las dos cucharadas de aceite y una pizca de sal, a fuego muy bajo y lentamente, con el objetivo de que queden caramelizadas o confitadas. Generalmente el confitado consiste en cocer muy lentamente los alimentos cubiertos completamente de un elemento graso como el aceite por ejemplo, pero en el caso de hoy vamos a lograr un efecto muy parecido con muy poco aceite. En lo que preparamos todo, las cebollitas tendrán tiempo suficiente de quedar blandas y doradas. De vez en cuando dales la vuelta.

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  2. Vamos al relleno, para lo cual pon en un recipiente la carne picada con sal, pimienta y las 4 cucharaditas de pimentón picante, mezcla bien y deja en la nevera mientras preparamos el resto de los ingredientes.
  3. Pela los ajos y déjalos bien majados con ayuda del mortero. Corta el pimiento y la cebolla en juliana no muy fina. Escalda los tomates para que les retires la piel sin complicaciones, trocéalos y ponles un pelín de sal. Haz un picadillo con las rodajitas de jalapeños en vinagre.
  4. En una sartén caliente el aceite de oliva y una vez caliente echa los ajos bien majados. Antes de que los ajos puedan quemarse agrega la cebolla y el pimiento rojo, ponles otro pelín de sal. Déjalos pochar. Yo prefiero ir poniendo sal, muy poquito a poco, así controlo más las cantidad al final.
  5. Añade la carne que tenías reservada en la nevera, mezcla bien y no permitas que se hagan pelotas. Una vez haya cambiado de color agrega el tomate troceado, el picadillo de jalapeños, el cilantro y el perejil, mezcla bien, tapa y deja cocinar unos 15 minutos.
  6. Destapa y si tiene mucha agua la carne deja reducir destapado otro rato.
  7. Una vez terminado el relleno reserva caliente.

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Pimientos de Padrón:

  1. Lava y seca los pimientos de padrón.
  2. En una sartén espaciosa pon las cucharadas de aceite de oliva preferentemente virgen extra. Deja calentar muy bien y a continuación echa los pimientos. Asegúrate de tener una tapa que encaje perfectamente en la sartén para que no te salte el aceite aunque sea poco. Esta es la forma en que suelo hacerlos últimamente y quedan tan buenos como si los hiciera de la forma tradicional en abundante aceite. La ventaja es que tienen mucha menos grasa.
  3. Una vez dorados, sácalos a una fuente con papel absorbente para que eliminen el aceite de más y luego ponles sal gorda a la hora de servir.

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Salsa de yogur: 

  1. Mezcla los dos yogures con el ajo bien majado, la mayonesa, la mostaza, sal al gusto, las hierbas aromáticas y la ralladura de limón (opcional). Con un tenedor o varillas de mano integra todo muy bien y deja reposar mientras vamos con los últimos momentos de nuestra receta.

Tortillas de maíz:

  1. Las tortillas de maíz, que puedes comprar en cualquier supermercado, ponlas a calentar en el microondas de dos en dos, o individualmente, durante unos 15 segundos. No las dejes más tiempo que se inflan o endurecen.
  2. Después de una última mirada a nuestras cebollitas, que ya habrán estado como poco unos 40 minutos sino más confitándose, rellena las fajitas con picadillo suficiente pero no demasiado para que las puedas doblar y comer más fácil. Acompaña de los pimientos de padrón y dos cebollas por persona. La salsa de yogur úntala en las tortillas que hayan podido quedar sin relleno. Para ello pícalas en triángulos y úsalas a tu comodidad.

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Con esta cantidad de relleno tendrás suficiente para dos fajitas por persona si os parece una muy poco. La verdad es que yo me controlé los deseos de una segunda y la dejé para la cena, pero mi novio no pudo hacer lo mismo, así que ya sabéis, para que no os tome de sorpresa.

Como en casa nos gusta el picante, en el último momento puse unas gotas de tabasco y otras dos rodajas de jalapeños en vinagre dentro de las fajitas, pero sin ellos van ya de maravillas. Os lo comento porque siempre es una opción para llevar a la mesa si tenéis invitados cuyos gustos no conocéis.

Lubina al horno con mojo de cilantro

23 Sep

Para comenzar la semana con una propuesta sana, rica y sencilla les traigo esta receta de Lubina al horno con mojo de cilantro. En Cuba se diría adobo y no mojo, pero tal y como lo he preparado tiene una mayor semejanza al mojo de cilantro que se prepara en Canarias, aquí en España, sobre todo para enriquecer el sabor del pescado. No hay que confundirlo con el mojo picón que tiene otros ingredientes, riquísimo también por cierto, y que algún día emplearé en alguna otra receta, pero más utilizado para las carnes y no el pescado.

Ya sabemos la importancia que tiene el consumo frecuente de pescado dentro de nuestras dietas. La lubina en particular, que habita fundamentalmente en zonas del Norte, del Mediterráneo y el Atlántico, es un pescado blanco muy bajo en grasas y una fuente grandiosa de proteínas de alto valor biológico, así como minerales y vitaminas especialmente las del grupo B. También conocido por róbalo, es un ejemplar cuya pesca está regulada. La longitud mínima de una lubina para ser extraída del mar está en los 23 cm, si bien hay piezas que pueden alcanzar los 100 cm.

Como la preparamos hoy, de manera sencilla y al horno, es ideal para la dieta de todos en general, y en particular para los regímenes de control de peso y hasta de adelgazamiento, siempre teniendo en cuenta el uso de más o menos aceite, ya que la lubina sólo aporta 1,3 gramos de grasa por cada 100 gramos de su carne. Entre los minerales y vitaminas, los que más destacan son el fósforo, el potasio y el magnesio de una parte y la vitamina B12 por otro, esta última en proporción superior a la que aparece en huevos, quesos y carnes de origen animal. 

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Ingredientes para preparar Lubina al horno con mojo de cilantro (2 personas)

  • 2 lubinas o róbalos (pídele al pescadero que te las limpie y te las abra pero déjales la cabeza)
  • 2-3 patatas

Para el mojo o adobo de cilantro:

  • 70 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 2-3 dientes de ajo según el tamaño
  • 1 ramito de cilantro fresco lo más finamente picado posible (puedes utilizar 1 cucharada sopera de cilantro seco a falta de fresco)
  • 1 ramito de perejil fresco finamente picado (también puedes utilizar 1 cucharada sopera de perejil seco a falta de fresco)
  • 1 puntita de comino molido
  • 1 limón (o 2 cucharadas de vinagre de vino blanco)
  • sal

Cómo preparar el mojo o adobo de cilantro y las lubinas:

  •  Maja en un mortero el ajo con una punta de sal, agrega el comino y las hierbas aromáticas (cilantro y perejil) y continúa majando muy bien hasta que esté todo muy bien machacado e integrado.
  • Añade el zumo del limón y el aceite de oliva virgen extra y mezcla muy bien. Rectifica de sal. Reserva.
  • Pinta una bandeja para horno forrada o no con papel para hornear con un poco del mojo, ayúdate de un pincel de cocina.
  • Lava muy bien las patatas (esta vez les dejé la piel porque eran unas patatas de calidad sin un rasguño) y haz rodajas finas para hacer una cama para las lubinas. Si no te alcanza para llenar la bandeja concéntralas debajo de las lubinas o a su alrededor. Yo las puse alrededor porque así las patatas toman algo más de color y quedan más crujientes por fuera, pero ya esto es a vuestro gusto.
  • Unta muy bien las lubinas por dentro (con este fin la hemos abierto) y por fuera con el mojo con ayuda de un pincel o una cuchara pequeña. Ciérralas otra vez.
  • Termina de pintar por encima las patatas y si aún te quedó mojo resérvalo para después o dale otro toque a las lubinas.

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  • Con el horno precalentado déjalas que se hagan a 200 grados durante 10 a 12 minutos. Dos señales inequívocas de que el pescado ya está es que las patatas si las pinchas estén cocidas y que los ojos de la lubina estén blanquecinos.

Cuando compres las lubinas fíjate que tengan los ojos bien saltones. Otra señal de su frescura es que tengan el vientre de un plateado brillante e intenso. Si decides hornear un pescado siempre será mejor dejarles la cabeza, así quedarán más jugosos. La carne tiende a resecarse si se la retiramos. Nada más, espero que disfruten con este pescado tan fino y de calidad que pronto tendremos como producto estrella de temporada, y por tanto, más barato y al alcance de todos en pescaderías y supermercados.

Aunque he estado complicadísima durante estos pasados días y aún lo estaré durante lo que resta del mes, espero poder sacar algún momento para compartir otras recetas en cola. Estoy deseando volver a la cocina. Mientras aquí os dejo otra forma de preparar pescado con patatas. Un saludo a tod@s

Tallarines con salsa Alfredo: receta a mi manera

12 Jul

Otra de las salsas que suelo preparar a menudo es la Salsa Alfredo. Exactamente a la original no es; esta es una versión muy mía que nada tiene que envidiar a la ideada por el restaurador italiano Alfredo Di Lelio, en el restaurante de su madre, situado en lo que solía ser Piazza Rosa, en Roma, allá por el año 1908. Hoy sus descendientes siguen preparándola en Il Vero Alfedo, a pesar de que ya no radica en el mismo sitio de la capital de Italia. En esencia es una salsa muy cremosa a base de mantequilla y queso parmesano que permite sazonarla de una otra manera, de ahí que no haya una única salsa Alfredo y se hayan extendido tantas versiones de ella.

En la receta que hoy quiero compartir no uso mantequilla, pero ni falta que le hace. He utilizado beicon que he freído en un pequeño chorro de aceite de oliva virgen extra. Con la grasa que ha desprendido el beicon y el extra de aceite ha sido más que suficiente para sofreír la cebolleta y la harina de maíz (Maicena) con que he iniciado el proceso de la salsa. Vuelvo a decidirme por unos tallarines, que entre las pastas, es una de las formas que prefiero, pero cada cual es libre de emplear su pasta favorita. Es la salsa la que da el toque distintivo, así que vamos a por ella.

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Ingredientes para preparar Salsa Alfredo a mi manera

(para unos 250 gr de pasta aproximadamente)

  • 150 gr de beicon a tiritas
  • 150 gr de champiñones laminados
  • 1 cebolleta
  • 2 dientes de ajo laminados
  • 200 ml de nata para cocinar + 50 ml de leche
  • 1-2 cucharadas de aceite de olive virgen extra
  • 1 cucharada de Maizena (harina de maíz)
  • 80 gr queso rallado Parmesano o Grana Padano (puedes emplear un queso Manchego)
  • 1 pizca de nuez moscada molida
  • pimienta negra al gusto
  • 1 cucharadita hierbabuena finamente picada para coronar
  • sal

Cómo preparar Salsa Alfredo a mi manera

  1. Pon a freír con una cucharada de aceite de oliva el beicon finamente cortado hasta que se dore bien. Una vez conseguido, si está muy seca la sartén pon otra cucharada de aceite de oliva y agrega el ajo laminado y la cebolleta. Ponle sal y una vez esté pochada la cebolleta agrega la Maizena, remueve bien para que se integre y absorba el sabor.
  2.  Agrega el champiñón laminado, ponle sal, saltea un par de minutos e incorpora la leche y la nata. Sazona con la nuez moscada, la pimienta negra y rectifica de sal.
  3. Deja cocinar a fuego bajo a medio hasta que se espese la salsa. Agrega la mitad del queso antes de que termine de cocinar la salsa.
  4. Una vez adquiera el espesor deseado, incorpora la pasta cocida previamente en abundante agua con sal y bien escurrida.
  5. Sirve inmediatamente y espolvorea con el resto del queso y la hierbabuena.
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Otra forma fácil y deliciosa de preparar pasta. Esta vez cocí unos tallarines, pero puedes hacer espaguetis, macarrones o cualquier otra. Yo suelo poner en el agua de cocción de la pasta una ramita de albahaca o una hoja de laurel, indistintamente, les da un toque adicional y un aroma que invita a sentarse pronto a la mesa.

Si quieres ver otras recetas italianas o con pasta pincha aquí y aquí.

Fetuccine alla puttanesca: de la original receta italiana

1 May

A la cocina mediterránea, a la italiana en particular, debemos una deliciosa salsa que hemos disfrutado recientemente en nuestra mesa. En italiano, sugo alla puttanesca; en español,  jugo (salsa) a la prostibularia, es una salsa típica del centro de Italia que, por supuesto, se suele preparar fundamentalmente para acompañar cualquier tipo de pasta. Ingredientes como el tomate, las anchoas en salmuera, aceitunas, guindilla y por supuesto el aceite de oliva virgen extra, todos en proporciones justas, hacen único este acompañamiento para cualquier plato de pasta.

Del origen etimológico de esta salsa alla puttanesca no hay una historia definitiva, pero sin dudas remite al conocido como el oficio más antiguo practicado por las mujeres. La más generalizada de las versiones encuentra fundamento en que durante la Edad Media, las prostitutas llevaban una vida nocturna que no les dejaba tiempo ni energías para llegar al mercado tan temprano, razón por la cual se conformaban con productos que aún quedaban y que podían guardar y disponer luego en cualquier momento.

Otra historia cuenta que los pescadores que arribaban al puerto de Nápoles visitaban las casas de cita de la ciudad y pagaban a las prostitutas los servicios recibidos con pescado en salazón, sobre todo anchoas. Las damas comenzaron a preparar a su vez una salsa con las anchoas que conjuntamente con la pasta ofrecían a sus clientes marinos, y más tarde, cuentan, se decidieron a vender.

Sea cual fuera el origen de esta salsa deliciosa, es de agradecer que nos haya sido legada, enriquecida sin dudas por unos ingredientes tan representativos de la dieta mediterránea, que además de otorgar el sabor incomparable de la región, ya es más que sabido lo saludables que son. Pongámonos el delantal entonces y a cocinar estos riquísimos Fetuccine alla puttanesca.

fettucini a la putanesca 2

Ingredientes para preparar Fetuccine alla putanesca (2 personas)

  • 300 gr de tallarines (preferentemente nidos)
  • 3 tomates Pera bien maduros (4 si son pequeños)
  • 4 filetitos de anchoas en salazón (5 si son pequeños)
  • 2 cucharadas de alcaparras en salmuera
  • 8 aceitunas negras de Aragón
  • 1/2 guindilla
  • 1 diente de ajo
  • aceite de oliva virgen extra
  • 100 gr de queso Pecorino rallado (puedes utilizar uno manchego curado)
  • 1 cucharadita orégano fresco
  • perejil al gusto
  • sal

Cómo preparar Fetuccine alla putanesca

  1. Escalda los tomates durante dos minutos en agua hirviendo (hazles dos cortes superficiales en cruz antes de ponerlos en el agua para que te sea más fácil quitarles luego la piel). Sácalos del agua caliente, ponlos en agua muy fría y a continuación retira la piel y trocéalos con las manos. Resérvalos. Si quieres ver en detalle cómo escaldar los tomates pincha aquí.
  2. En una sartén pon un chorreón de aceite de oliva virgen extra (2 o 3 cucharadas). Deja calentar un poco y agrega el diente de ajo laminado y la puntilla de la guindilla. Antes de que se doren (fuego bajo a medio) agrega los filetitos de anchoa desmenuzados, las alcaparras y las aceitunas.
  3. Incorpora el tomate que teníamos reservado y el orégano, mezcla bien, rectifica de sal (no te pases que la anchoa y las alcaparras ya le dan alegría) y deja unos pocos minutos tapado para que el tomate se sofría. Deja reposar caliente hasta que tengas la pasta lista.
  4. Para la pasta, pon a hervir abundante agua en un recipiente que lo permita. Cuando comience a ebullir, agrega sal y a continuación los nidos o tallarines el tiempo que indique el fabricante. Transcurrido el tiempo, escurre bien inmediatamente y mezcla con la salsa alla puttanesca.
  5. Sirve en un bol, agrega el queso Pecorino rallado y espolvorea con perejil.

Puede parecer a muchos una salsa fuerte desde el punto de vista del sabor, pero el equilibro o proporciones de los ingredientes la hacen irresistiblemente sabrosa. Todos los componentes tienen su justo protagonismo, aunque sean poquitos. La guindilla le da un toque picantón, por eso si usas una que sabes es fuerte, emplea solo una puntita. De esta salsa lo que me encanta es esa combinación de sabor que dan las anchoas con el toque picante de la guindilla. Sencillamente maravillosa. Espero que se animen a prepararla. Ya podrán comprobar lo sencilla y rápida que resulta, pero sobre todo el buen regalo que le haremos al paladar.

Arroz Plebeyo: receta fácil y económica

21 Abr

Dice mi novio que ningún plato entre cuyos ingredientes se cuente el chorizo puede pertenecer de manera alguna a la realeza. De ahí el nombre con que hemos bautizado este arroz que preparé el fin de semana. Iba a llamarle arroz con suerte, un guiño a aquellos arroces en los que tuvimos que bucear literalmente para poder encontrar «la suerte». Muy bien lo conocen quienes estuvieron becados alguna vez en Cuba.

Para aquellos que no tienen por qué conocerlo, les cuento que se trataba de un arroz cocinado en grandes cantidades (para comedores de escuelas multitudinarias) y con muy pocos ingredientes que lo enriquecieran. A pesar de los pesares era una de las mejores opciones que teníamos, al menos para quienes preferimos el arroz, con suerte o sin ella.

El arroz que preparé este fin de semana puede ser considerado para plebeyos, pues los ingredientes que empleé son económicos en una tierra tan rica gastronómicamente hablando como España y donde la crisis ha hecho que se coma de acuerdo a los ajustes del bolsillo. Chorizo, jamón de york y magro de cerdo (masitas sin grasa), así como un poco de verde: pimiento italiano o pimiento para freír y champiñones. Muy poquito de cada uno, quién podrá decir aquí en España que no es plato para cualquier bolsillo. No obstante, como la mayoría de los platos tradicionales, cocinados con ingredientes baratos pero de calidad, está para chuparse los dedos.

El arroz bomba u arroz redondo que utilicé para esta receta para plebeyos, el Brillante Sabroz, mucho tuvo que ver en el éxito de la receta. Ya había escuchado en más de una oportunidad hablar muy bien de él, pero como no soy de dejarme atrapar por los comerciales, no me había decidido a comprarlo. Lo cierto es que he logrado un resultado superior al obtenido con cualquier otro arroz de este tipo. No se pasa, soporta mucho líquido y tiene la exquisita cualidad de absorber todo el sabor que le pongamos.

Y ahora sí, si he logrado despertaros el apetito, les presento mi Arroz plebeyo.

Arroz Plebeyo

Ingredientes para preparar Arroz Plebeyo (para 4 personas)

  • 1 taza de arroz Brillante Sabroz
  • 3 tazas (la misma con que mediste el arroz) de caldo de verduras (o lo preparas tú o puedes comprarlo, en cuyo caso siempre aconsejo Gallina Blanca 100% natural)
  • 5 cucharadas soperas de aceite de oliva (100 ml aproximadamente)
  • 4 dientes de ajo
  • 200 gr de magro de cerdo
  • 80 gr de chorizo tradicional picante (si prefieres puedes usar uno sin picante)
  • 80 gr de jamón de York
  • 2 pimientos verdes italianos o pimientos para freír
  • 1 lata de champiñones
  • 1 hoja de laurel
  • 1/2 cucharadita de azafrán en polvo o puedes utilizarlo en hebras
  • pimienta negra
  • sal

Cómo preparar arroz plebeyo (para 4 personas)

  1.  Primeramente salpimenta las masas de cerdo, pon a calentar un chorrito de aceite en una sartén y una vez bien caliente (fuego alto) incorpóralas. Una vez selladas y bien doradas baja el fuego y déjalas que cocinen un poco más dentro. No te pases porque luego terminarán de hacerse con el arroz.
  2. Pela y trocea en láminas finas el ajo e incorpóralos a la sartén con el cerdo. Cuando comiencen a dorar los ajos, antes de pueda quemarse, agrega los pimientos troceados en aros, espera un par de minutos y luego sigue con el chorizo en medias lunas pequeñas y por último el jamón de york troceado como prefieras.
  3. En una sartén grande con tapa o paella vierte el resto del aceite y pasa los ingredientes que ya teníamos al punto, más la hoja de laurel. Pon a fuego medio. Incorpora la taza de arroz y remueve para que se pringue con el aceite y todos los ingredientes. Ahora vierte las 3 tazas de caldo (no tiene que estar caliente, basta con que esté a temperatura ambiente), pon el azafrán y la lata bien escurrida de champiñones y remueve. Rectifica la sal pero si el caldo ya tiene no pongas ninguna porque ya los ingredientes van sobrados.
  4. A fuego medio, en caso de sartén tapada, deja cocer unos 15 minutos, más o menos. Cuando haya absorbido el caldo, separa del fuego y deja reposar unos 5-7 minutos. Casi siempre suele quedar un poco de caldo que luego el arroz absorbe completamente una vez lo remuevas después de haber estado en reposo. Ahora sí lleva a la mesa y a disfrutar.arroz plebeyo 1

Cuando estés cocinando un arroz tipo paella no lo remuevas durante la cocción. Hazlo cuando pongas el arroz en crudo y luego una vez lo hayas dejado reposar. Dependiendo del tipo de arroz, tendrás que utilizar más o menos cantidad de líquido. Un arroz bomba siempre pide más agua o caldo. Otro consejo tiene que ver con el recipiente que vayas a utilizar. Las paellas o arroces de esta naturaleza, con varios ingredientes, necesita espacio de fondo, así que si utilizas una sartén de mayor diámetro y baja de paredes, obtendrás los resultados deseados.

Si quieres conocer algunos trucos para cocinar un arroz exitoso, pincha aquí. Otros dos enlaces que puedes visitar, con otras dos propuestas de arroz, las tienes aquí y aquí.

Fufú de plátano: una variación ajustada a los recursos

17 Abr

Una de las recetas más populares de la cocina criolla cubana es el fufú de plátano, que en Puerto Rico más o menos suele prepararse del mismo modo pero es llamado «mofongo». También en República Dominicana se elabora este tipo de puré de plátano conocido allí como «mangú». Los tres nombres tienen su raíz en la cultura africana. Y es que la base de este plato, el plátano, era comida de los negros traídos al Caribe y a América como esclavos.

Según apuntes del investigador y etnógrafo cubano Don Fernando Ortiz, en tiempos de la dominación inglesa después de la Toma de La Habana, los negreros daban de comer a los esclavos un puré de plátano cocido y majado que anunciaban como Food! Food! (comida, comida). Se cree así que desde entonces se le llama fufú a esta forma de preparar el plátano, cuyos orígenes señalan a Ghana y Sierra Leona.

Sin embargo, otras fuentes indican que aunque el fufú sí es efectivamente una preparación de la cultura culinaria ghanesa, en específico de la etnia ashanti, los productos que utilizan para su elaboración no son el plátano. Se trata de una receta a base de raíces con alto contenido de almidón como el ñame o la casava (yuca), cocidas previamente y trituradas posteriormente en un mortero de madera.

Volviendo a la receta que quiero presentar hoy, apuntar que se trata de una adaptación a los recursos a disposición. A falta de los chicharrones o empellas de la receta que ofrecen en la Bodeguita del Medio de La Habana Vieja, por ejemplo, yo utilicé bacon ahumado. Y como sustituto de la manteca de cerdo empleé aceite de oliva virgen extra. El resto de los ingredientes: el plátano, la cebolla y el ajo… esos sí que no faltaron. Vayamos de lleno a la cocina. fufú de plátano 2

Ingredientes para preparar fufú de plátano (2-4 personas)

  • 2 plátanos machos verdes + 2 plátanos machos pintones (sin llegar a madurar)
  • 1 cebolla
  • 4 dientes de ajo majados en mortero
  • 5 lonchas de bacon ahumado
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • 5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • sal
  • pimienta
  • agua

Cómo preparar Fufú de Plátano

  1. Corta cada plátano en 4 cilindros, deja la piel y haz un corte longitudinal en cada trozo para que una vez cocinados puedas retirar sin dificultad la piel. Ponlos a cocer en abundante agua con sal y el chorrito de zumo de limón. En la olla a presión conseguirás ablandar mejor y más rápido los plátanos machos que por naturaleza tardan bastante en ablandarse. Una vez alcanzada la presión (el vapor comienza a salir por la válvula) baja a media intensidad el fuego, y deja cociendo entre 15-18 minutos. (Para alcanzar la presión tienes que poner el fuego a tope y una vez comience a salir el vapor y sonar baja siempre la intensidad del fuego o corres el riesgo de quemar lo que estés haciendo, sobre todo si no lleva mucha agua). En una cacerola normal tendrás que chequear cuando estén blandos, pero suelen tardar entre 40 y 50 minutos.
  2. En lo que se cuece el plátano, corta el bacon en cubitos pequeñitos y ponlo a freír. Si tiene poca grasa agrégale un poquito del aceite de oliva y deja que dore bien. A continuación incorpora la cebolla finamente picada y una vez comience a pochar echa el majado de ajos (ojo con el fuego no lo pongas muy alto). Si ya está listo el sofrito, saca del fuego y reserva.
  3. Una vez cocido el plátano, retira la piel y agrega uno por uno a la cacerola con el sofrito que pondremos nuevamente al fuego muy suave mientras vamos macerando los plátanos. Rocía poquitos del agua de cocción para que logres una mezcla más suave. Sigue mezclando y escachando todo el plátano hasta que consigas un puré bien integrado con las sazones. Rectifica de sal y pon pimienta al gusto.
    Con cuidado de no quemarte retira la piel del plátano ya cocido

    Con cuidado de no quemarte retira la piel del plátano ya cocido

    Agrega el plátano al sofrito y escacha bien antes de seguir poniendo más plátano

    Agrega el plátano al sofrito y escacha bien antes de seguir poniendo más plátano

    Agrega el caldo de la cocción si es necesario para lograr una mezcla menos seca

    Agrega el caldo de la cocción si es necesario para lograr una mezcla menos seca

    Unos escalopes de pechuga de pollo y brócoli para acompañar el fufú de plátano

    Unos escalopes de pechuga de pollo y brócoli para acompañar el fufú de plátano

    Si quieres otras recetas con plátano macho verde pincha en los siguientes enlaces: Tostones de plátano de macho o Mariquitas o Chips de Plátano

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