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Falafel: otra receta de Oriente desvelada

20 Abr
Todos los derechos reservados por Tras La Receta

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Dicen que ya desde los tiempos de Mahoma y por referencias en el Corán se conoce del falafel. ¿De dónde es originario? No se sabe a ciencia cierta, aunque una y otra vez se mencione a la India como raíz de este plato. Lo cierto es que nos ha llegado directamente de la cocina del Oriente, cada vez menos lejano. Esta especie de croqueta o fritura de garbanzos o habas, dependiendo de la zona donde se consuma, fundamentalmente Paquistán, países de Oriente Medio y la India, ha dejado de ser una exquisitez exclusiva de los restaurantes especializados para irrumpir en las cocinas de numerosos hogares.

Lo que distingue el falafel de otras frituras o empanadillas es que su ingrediente fundamental no se cocina, sólo se pone en remojo el tiempo suficiente para poder triturarlo de conjunto con el resto de sus componentes. Rico en proteínas de origen vegetal es un plato estrella para vegetarianos y para todos aquellos que desean incluir más alimentos no animales en la dieta. A los pequeños les encantará y los mayores no se quedarán atrás.

Aunque el falafel que conocemos en Occidente suele ser completamente de garbanzos, se prepara también solo con habas como la variante egipcia llamada ta`miyya, con una mezcla de ambas legumbres, o solo con garbanzos como la receta que elaboramos hoy, acompañada con la tradicional salsa de yogur a manera de entrante o plato inicial. El falafel también se puede acompañar con salsa de Tahine y disfrutarla en un pan de pita a manera de bocadillo. De cualquier manera está realmente delicioso y especialmente nutritivo y sano.

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Ingredientes para preparar Falafel (2-4 personas)

  • 250 gr garbanzos secos remojados
  • 1 cebolla pequeña
  • 2-3 dientes ajo sin el nervio central
  • 1 ramita de cilantro fresco
  • 1 cucharada de perejil fresco
  • 1 cucharadita de cominos molidos
  • 1 cucharadita de pimentón
  • pimienta negra (pizca al gusto)
  • 1 cucharadita de levadura química, Polvos Royal o bicarbonato
  • sal
  • aceite de oliva suave para freír
  • Para la salsa: 1 yogur + 1 cucharada de zumo de limón + 1 cucharada de hierbabuena o menta finamente picada + sal
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Cómo preparar Falafel

  1. Pon en remojo al menos 24 horas los garbanzos. Mejor si los dejas 48 horas y vas cambiando el agua del remojo dos veces al día.
  2. Una vez bien hinchados, retira el agua, escúrrelos bien, ponlos en un paño limpio o sobre papel de cocina para secar el exceso de agua y luego procede a triturarlos. Si no tienes una mini-pimer o un accesorio triturador haz como hago yo: machaca los garbanzos poco a poco en un mortero grande y déjalos en mejor estado para pasarlos más tarde por la batidora sin riesgo de que la rompas.
  3. Pica el ajo y la cebolla y añádelos con el resto de los ingredientes: (cilantro, perejil, comino, pimentón y la levadura) a la pasta de garbanzos obtenida en el mortero. Si tienes accesorio triturador ponlo todo junto a los garbanzos y procede a triturar. De lo contrario ponlo todo junto después de haber majado los garbanzos y pasa por la batidora hasta obtener una masa homogénea con aspecto parecido a la arena fina húmeda. No importa si te queda algún pequeño tropezón.
  4. Haz una bola compacta, tapa con un paño húmedo y deja reposar por una hora en un lugar muy fresco o en la parte menos fría que tengas dentro de la nevera.
  5. Transcurrido el tiempo de reposo en que hará efecto la levadura sobre la masa para un resultado más esponjoso, mójate las manos y procede a formar bolitas uniformes que luego puedas aplanar ligeramente. Cuando estés dando forma a las bolitas ayúdate de una cuchara no muy grande para coger las mismas cantidades una y otra vez. Aprieta en el proceso para eliminar el exceso de agua.
  6. Una vez formados nuestros falafel calienta abundante aceite de oliva suave y cuando esté bien caliente procede a freír poco a poco hasta que se doren. Pásalos a un plato forrado con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
  7. Sirve acompañado de nuestra salsa de yogur.
  8. Para hacer la salsa de yogur mezcla el yogur, el zumo de limón, la hierbabuena y sazona a tu gusto.

Así de fácil esta receta. Escoge un aceite de oliva muy suave indicado para freír y que no otorgue un sabor desvirtuado del que debe tener el falafel, suficientemente sabroso ya con el garbanzo, el cilantro y el ajo. Si cuando tritures todo, el resultado es una masa muy húmeda y difícil de formar, añade un poco de harina, de garbanzo preferentemente, pero no te pases para que no te queden demasiado secos después de haberlos freído. Por eso mejor escoger un garbanzo fresco que necesite menos tiempo en remojo.

 

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Navajas a la plancha con ajo y limón: un aperitivo rápido, fácil y con sabor a mar

2 Mar
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Aunque llevo algunos días sin publicar nada, tengo el tiempo un poco ajustado últimamente, no he dejado de cocinar y pensar en este pequeño espacio en que mis raticos en la cocina son protagonista. Para despedir o iniciar otra semana, dependiendo del calendario de cada cual, os traigo estas navajas a la plancha con ajo y limón que resaltan todo el sabor a mar que poseen estos humildes pero riquísimos moluscos, procedentes generalmente de los mares de Galicia, Irlanda o Portugal, y que se preparan en menos de lo que canta un gallo.

Imagen tomada de artículo de diario El País.

Imagen tomada de artículo del diario El País.

Las probé hace relativamente poco tiempo, en una de nuestras salidas de tapeo por Madrid. Me las recomendó una amiga y aquí están en mi mesa de tanto que me gustaron. Con un vino blanco, Verdejo de Rueda, están de vicio, además de muy saludables y nutritivas. Tardan en hacerse lo que puedan tardarse en abrirse que es muy poco. Yo utilicé una sartén muy amplia con una tapa para concentrar el vapor y se hicieran antes. Unos dientes de ajo bien majados con perejil, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y zumo de limón al gusto para dar el toque final a nuestras navajas. Para los amantes de los mariscos o, como dice mi novio, de todos esos «bichos del mar» he aquí esta delicia.

Ingredientes para preparar Navajas a la plancha con ajo y limón (2-4 personas)

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  • 1 maso de navajas (unos 300-400 gr)
  • 4 dientes de ajo
  • 1 cucharada de perejil finamente picado
  • zumo de limón (al gusto) + unas rodajas del limón extras
  • 1 chorrito de aceite de oliva virgen extra
  • sal
  • crema de balsámico de Módena (opcional para decorar el plato)

Cómo preparar Navajas a la plancha con ajo y limón

  1. Primero pon las navajas durante unos 15 minutos en un recipiente con agua con sal o con agua gaseada para que las navajas eliminen toda la arena que puedan tener dentro.
  2. Prepara el majao de los ajos con solo una pizca de sal, la cucharada de perejil y un chorrito de aceite de oliva virgen extra, mezcla bien y unta la sartén ya caliente con la mitad de esta pasta, reserva la otra mitad con zumo de limón incorporado.
  3. Añade las navajas antes de que se pueda quemar el ajo. Tapa la sartén. En unos pocos minutos (2-4 minutos) se abrirán las navajas. Destapa,  riega con el resto del majado con zumo de limón incorporado (dos cucharadas) y deja un par de minutos más a fuego vivo para que se evapore el líquido.
  4. Separa del fuego para que no resequen.
  5. Coloca las navajas en un plato decorado en el fondo con crema de balsámico de Módena y acompaña con unas rodajas de limón.

¡Listo!  Un aperitivo fácil, rápido de preparar y muy rico. Si alguna de las navajas no se abrió, deséchala.

Fajitas rellenas de carne con pimientos de padrón y cebolla confitada

4 Nov
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Cuando pensamos en fajitas siempre giramos la vista instintivamente al México lindo y querido de la canción. Y un poco, pero solo un poco de su sazón característica, tiene esta propuesta que os traigo hoy, donde se conjugan ingredientes que le otorgan un carácter internacional. Tortillas de maíz y un picadillo con un toque picante que nos recuerdan el país centroamericano, lo acompañamos con unos pimientos de padrón de Galicia, unas cebollitas francesas y una salsa de yogur para refrescar los sabores, que repito están más a la medida de quienes no estamos acostumbrados al fuego de los chiles más duros.

Estas fajitas de carne ya veréis lo fácil que podréis prepararlas, con ingredientes muy sencillos, naturales, fáciles de encontrar y sin tener que recurrir a productos pre-elaborados industrialmente. Yo os propongo un plato completo que podréis variar a vuestro gusto. ¿Que no tienes los pimientos de padrón o las cebollas francesas? Entonces opta por trocear unas patatas en gajos, aliñarlas con aceite de oliva, sal de ajo y alguna hierba aromática y hornearlas hasta que estén doradas para que las acompañes con la riquísima salsa de yogur que también os presento.

Y no me extiendo más que en esta receta no van una sino tres y mi deseo es que nos pongamos ya manos a la obra con estas Fajitas de carne con pimientos de padrón y cebolla confitada.

Ingredientes para preparar Fajitas de carne con pimientos de padrón y cebollas confitadas (para 4 personas)

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Para el relleno de las fajitas:

  • 8 tortillas de maíz
  • 400 gr de carne picada (yo empleé mezcla de cerdo y ternera pero puedes utilizar también de pollo o pavo)
  • 1 pimiento rojo grande
  • 3 tomates maduros pelados y troceados
  • 1 cebolla
  • 4-5 dientes de ajo
  • 4-6 rodajitas de jalapeños en vinagre
  • 3-4 cucharaditas de pimentón picante (yo utilicé de la vera)
  • 1 cucharada de perejil finamente picado
  • 1 cucharadita de cilantro molido o 1 cucharada fresco finamente picado
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • pimienta negra
  • sal

Pimientos de Padrón:

  • 400 gr de pimientos de padrón
  • un chorro de aceite de oliva virgen extra
  • sal gorda

Cebollas confitadas:

  • 8 cebollitas francesas
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • pizca de sal

Salsa fría de yogur:

  • 2 yogures naturales Griego sin azúcar
  • 2 cucharadas de mayonesa
  • 2 cucharaditas de mostaza
  • 1 diente pequeñito de ajo (puedes utilizar ajo deshidratado o en polvo)
  • 1/2 cucharadita de ralladura de limón (opcional)
  • 1/2 cucharadita de orégano seco
  • 1/2 cucharadita de tomillo seco
  • 1/2 cucharadita de perejil
  • sal

Cómo preparar nuestras Fajitas de carne con pimientos de Padrón y cebollas confitadas

Relleno y cebollas confitadas:

  1. Primero que nada pon a cocinar las cebollitas francesas enteras con las dos cucharadas de aceite y una pizca de sal, a fuego muy bajo y lentamente, con el objetivo de que queden caramelizadas o confitadas. Generalmente el confitado consiste en cocer muy lentamente los alimentos cubiertos completamente de un elemento graso como el aceite por ejemplo, pero en el caso de hoy vamos a lograr un efecto muy parecido con muy poco aceite. En lo que preparamos todo, las cebollitas tendrán tiempo suficiente de quedar blandas y doradas. De vez en cuando dales la vuelta.

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  2. Vamos al relleno, para lo cual pon en un recipiente la carne picada con sal, pimienta y las 4 cucharaditas de pimentón picante, mezcla bien y deja en la nevera mientras preparamos el resto de los ingredientes.
  3. Pela los ajos y déjalos bien majados con ayuda del mortero. Corta el pimiento y la cebolla en juliana no muy fina. Escalda los tomates para que les retires la piel sin complicaciones, trocéalos y ponles un pelín de sal. Haz un picadillo con las rodajitas de jalapeños en vinagre.
  4. En una sartén caliente el aceite de oliva y una vez caliente echa los ajos bien majados. Antes de que los ajos puedan quemarse agrega la cebolla y el pimiento rojo, ponles otro pelín de sal. Déjalos pochar. Yo prefiero ir poniendo sal, muy poquito a poco, así controlo más las cantidad al final.
  5. Añade la carne que tenías reservada en la nevera, mezcla bien y no permitas que se hagan pelotas. Una vez haya cambiado de color agrega el tomate troceado, el picadillo de jalapeños, el cilantro y el perejil, mezcla bien, tapa y deja cocinar unos 15 minutos.
  6. Destapa y si tiene mucha agua la carne deja reducir destapado otro rato.
  7. Una vez terminado el relleno reserva caliente.

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Pimientos de Padrón:

  1. Lava y seca los pimientos de padrón.
  2. En una sartén espaciosa pon las cucharadas de aceite de oliva preferentemente virgen extra. Deja calentar muy bien y a continuación echa los pimientos. Asegúrate de tener una tapa que encaje perfectamente en la sartén para que no te salte el aceite aunque sea poco. Esta es la forma en que suelo hacerlos últimamente y quedan tan buenos como si los hiciera de la forma tradicional en abundante aceite. La ventaja es que tienen mucha menos grasa.
  3. Una vez dorados, sácalos a una fuente con papel absorbente para que eliminen el aceite de más y luego ponles sal gorda a la hora de servir.

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Salsa de yogur: 

  1. Mezcla los dos yogures con el ajo bien majado, la mayonesa, la mostaza, sal al gusto, las hierbas aromáticas y la ralladura de limón (opcional). Con un tenedor o varillas de mano integra todo muy bien y deja reposar mientras vamos con los últimos momentos de nuestra receta.

Tortillas de maíz:

  1. Las tortillas de maíz, que puedes comprar en cualquier supermercado, ponlas a calentar en el microondas de dos en dos, o individualmente, durante unos 15 segundos. No las dejes más tiempo que se inflan o endurecen.
  2. Después de una última mirada a nuestras cebollitas, que ya habrán estado como poco unos 40 minutos sino más confitándose, rellena las fajitas con picadillo suficiente pero no demasiado para que las puedas doblar y comer más fácil. Acompaña de los pimientos de padrón y dos cebollas por persona. La salsa de yogur úntala en las tortillas que hayan podido quedar sin relleno. Para ello pícalas en triángulos y úsalas a tu comodidad.

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Con esta cantidad de relleno tendrás suficiente para dos fajitas por persona si os parece una muy poco. La verdad es que yo me controlé los deseos de una segunda y la dejé para la cena, pero mi novio no pudo hacer lo mismo, así que ya sabéis, para que no os tome de sorpresa.

Como en casa nos gusta el picante, en el último momento puse unas gotas de tabasco y otras dos rodajas de jalapeños en vinagre dentro de las fajitas, pero sin ellos van ya de maravillas. Os lo comento porque siempre es una opción para llevar a la mesa si tenéis invitados cuyos gustos no conocéis.

Lubina al horno con mojo de cilantro

23 Sep

Para comenzar la semana con una propuesta sana, rica y sencilla les traigo esta receta de Lubina al horno con mojo de cilantro. En Cuba se diría adobo y no mojo, pero tal y como lo he preparado tiene una mayor semejanza al mojo de cilantro que se prepara en Canarias, aquí en España, sobre todo para enriquecer el sabor del pescado. No hay que confundirlo con el mojo picón que tiene otros ingredientes, riquísimo también por cierto, y que algún día emplearé en alguna otra receta, pero más utilizado para las carnes y no el pescado.

Ya sabemos la importancia que tiene el consumo frecuente de pescado dentro de nuestras dietas. La lubina en particular, que habita fundamentalmente en zonas del Norte, del Mediterráneo y el Atlántico, es un pescado blanco muy bajo en grasas y una fuente grandiosa de proteínas de alto valor biológico, así como minerales y vitaminas especialmente las del grupo B. También conocido por róbalo, es un ejemplar cuya pesca está regulada. La longitud mínima de una lubina para ser extraída del mar está en los 23 cm, si bien hay piezas que pueden alcanzar los 100 cm.

Como la preparamos hoy, de manera sencilla y al horno, es ideal para la dieta de todos en general, y en particular para los regímenes de control de peso y hasta de adelgazamiento, siempre teniendo en cuenta el uso de más o menos aceite, ya que la lubina sólo aporta 1,3 gramos de grasa por cada 100 gramos de su carne. Entre los minerales y vitaminas, los que más destacan son el fósforo, el potasio y el magnesio de una parte y la vitamina B12 por otro, esta última en proporción superior a la que aparece en huevos, quesos y carnes de origen animal. 

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Ingredientes para preparar Lubina al horno con mojo de cilantro (2 personas)

  • 2 lubinas o róbalos (pídele al pescadero que te las limpie y te las abra pero déjales la cabeza)
  • 2-3 patatas

Para el mojo o adobo de cilantro:

  • 70 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 2-3 dientes de ajo según el tamaño
  • 1 ramito de cilantro fresco lo más finamente picado posible (puedes utilizar 1 cucharada sopera de cilantro seco a falta de fresco)
  • 1 ramito de perejil fresco finamente picado (también puedes utilizar 1 cucharada sopera de perejil seco a falta de fresco)
  • 1 puntita de comino molido
  • 1 limón (o 2 cucharadas de vinagre de vino blanco)
  • sal

Cómo preparar el mojo o adobo de cilantro y las lubinas:

  •  Maja en un mortero el ajo con una punta de sal, agrega el comino y las hierbas aromáticas (cilantro y perejil) y continúa majando muy bien hasta que esté todo muy bien machacado e integrado.
  • Añade el zumo del limón y el aceite de oliva virgen extra y mezcla muy bien. Rectifica de sal. Reserva.
  • Pinta una bandeja para horno forrada o no con papel para hornear con un poco del mojo, ayúdate de un pincel de cocina.
  • Lava muy bien las patatas (esta vez les dejé la piel porque eran unas patatas de calidad sin un rasguño) y haz rodajas finas para hacer una cama para las lubinas. Si no te alcanza para llenar la bandeja concéntralas debajo de las lubinas o a su alrededor. Yo las puse alrededor porque así las patatas toman algo más de color y quedan más crujientes por fuera, pero ya esto es a vuestro gusto.
  • Unta muy bien las lubinas por dentro (con este fin la hemos abierto) y por fuera con el mojo con ayuda de un pincel o una cuchara pequeña. Ciérralas otra vez.
  • Termina de pintar por encima las patatas y si aún te quedó mojo resérvalo para después o dale otro toque a las lubinas.

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  • Con el horno precalentado déjalas que se hagan a 200 grados durante 10 a 12 minutos. Dos señales inequívocas de que el pescado ya está es que las patatas si las pinchas estén cocidas y que los ojos de la lubina estén blanquecinos.

Cuando compres las lubinas fíjate que tengan los ojos bien saltones. Otra señal de su frescura es que tengan el vientre de un plateado brillante e intenso. Si decides hornear un pescado siempre será mejor dejarles la cabeza, así quedarán más jugosos. La carne tiende a resecarse si se la retiramos. Nada más, espero que disfruten con este pescado tan fino y de calidad que pronto tendremos como producto estrella de temporada, y por tanto, más barato y al alcance de todos en pescaderías y supermercados.

Aunque he estado complicadísima durante estos pasados días y aún lo estaré durante lo que resta del mes, espero poder sacar algún momento para compartir otras recetas en cola. Estoy deseando volver a la cocina. Mientras aquí os dejo otra forma de preparar pescado con patatas. Un saludo a tod@s

Hamburguesas de morcilla: versión de la receta original de Gastronoming

4 Sep

Ya lo había adelantado en un comentario a su autor: me quedé prendada de sus riquísimas hamburguesas de morcilla y hoy presento las que preparé yo con un poco de mi propia sazón, después de haber probado las auténticas claro está. Os dejo AQUI el enlace a la fuente de inspiración para que no dudéis en hacerlas así. La variación en mi propuesta consiste en sustituir la carne picada por arroz cocido con sofrito extra de cebolla ajo más una chispa de comino, cilantro y pimienta. El efecto fue suavizar la textura y sabor untuosos de la morcilla.

Los chips de manzana, deliciosos por cierto, me los salté esta vez y en su lugar puse una ensalada de lechuga, tomate, manzana, cebolla y beicon. El queso cheddar está buenísimo y es el que usualmente se pone en las hamburguesas, pero para darle otro toque use unas lonchas tipo havarti. A la hora de cocinarlas preferí ponerlas en el horno en vez de freírlas. Así evité que pudieran romperse, teniendo en cuenta que la textura, aunque compacta a primera vista cuando le das formas, suele ser más suave cuando entra en contacto con el aceite y el calor del fuego.

Como en casa somos solo dos y me salieron hamburguesas para 6 personas, las comimos en los clásicos panes de hamburguesa, pero también las puse en otra ocasión como simples tapas para acompañar una cerveza fría en una noche futbolera. Esta forma de preparar la morcilla me ha dado luz para futuras propuestas. Desde ya tengo revoloteando en la cabeza algunas ideas que si se concretan compartiré en este espacio, más tarde o más temprano ;). Por ahora pongámonos de lleno con nuestras hamburguesas.

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Ingredientes para preparar Hamburguesas de morcilla y arroz

  • 2 morcillas de Burgos
  • 1/2 taza de arroz sin cocer o 1 taza de arroz cocido (yo utilicé un arroz de grano medio)
  • 2 1/2 cebollas
  • 2 dientes de ajo majados
  • 1/2 cucharadita de comino
  • 1/2 cucharadita de cilantro en polvo o 1 cucharada de cilantro fresco muy finamente picado
  • 1/2 cucharada de perejil finamente picado
  • pimienta
  • sal
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 yema de huevo
  • 4 cucharadas de pan rallado

Cómo preparar Hamburguesas de morcilla y arroz

  1. Primeramente cocina el arroz en una cazuela de manera que no te quede muy suelto. No lo laves para que el almidón presente ayude a conseguir el resultado esperado y ponle algo más del agua que habitualmente le pones.
  2. En otra sartén pon las dos cucharadas de aceite de oliva y una vez caliente agrega el ajo bien majado y 1/2 cebolla lo más finamente posible cortada (las otras 2 son para caramelizar y el corte es en juliana muy fina). Pon una pizca de sal.
  3. Una vez transparente la cebolla y el arroz haya terminado su cocción agrega el arroz, separa del fuego y mezcla muy bien el arroz con la cebolla y el ajo, rectifica de sal y deja que se atempere.
  4. Retira la piel de las morcillas, ponlas en una fuente y procede a deshacerlas muy bien con ayuda de un tenedor. Cuando tengas las morcillas hechas ya picadillo agrega el arroz y pon el resto de las sazones: comino, cilantro, perejil y la pimienta, mezcla otro poco más para integrar todo muy bien.
  5. Añade la yema de huevo y el pan y vuelve a integrar todo muy bien.
  6. Ya tienes lista la masa y ahora procede a formar las hamburguesas. Pincha aquí para que veas un paso a paso, que aunque es de una receta diferente, el procedimiento a partir del punto 4 es el mismo.
  7. Dispón las hamburguesas en una fuente bien amplia ligeramente engrasada en el fondo y hornea, con el horno precalentado a 180 grados, durante unos 10-12 minutos.
  8. Saca del horno, deja refrescar y sírvelas ya sea en el pan con queso, mayonesa y cebolla caramelizada; en un plato con la cebolla y una ensalada u otro acompañamiento, o simplemente como tapa.

Notas: A la hora de colocar las hamburguesas recién formadas, si vas a poner unas encima de otras, pon papel aluminio o papel de hornear entre ellas para que no se peguen y rompan más tarde. Déjalas que tomen frío dentro de la nevera mientras haces pacientemente tus cebollas caramelizadas. Para ello corta las cebollas en juliana o aros muy finos. Yo, aunque lloré todo un río con un cuchillo bien afilado lo logré. Parece al inicio un montón de cebolla pero ya veréis cómo al final, la cantidad casi da risa.

Pon en una sartén un par de cucharadas de aceite (mejor si es de oliva virgen extra) espolvorea con sal y deja que se hagan muy lentamente a fuego muy bajo durante 1 hora. Tenlo en cuenta en tu programación. Parece una eternidad pero vale la pena la espera. Contrario a lo que hace mucho yo creía, la cebolla caramelizada no lleva azúcar. Ella sola, dulce como es, al soltar sus jugos y casi en los últimos momentos comienza a caramelizar con ayuda del calor. Pero para ello hay que cocinarla con mimo y sin prisas. Puedes ver detalles en el enlace de Gastronoming. Con mucha razón nos aconseja hacer mucha cebolla de una vez y luego guardarla.

Escoge una espátula en forma de pala para sacar tus hamburguesas de la fuente de horno. Si vez que alguna se deshace dale la forma otra vez en el pato o en el pan. No te asustes si pierden algo su estructura ;), la cuestión es que están deliciosas como sea. Sencillamente una experiencia alegre para el paladar. Siempre me pareció una combinación magnífica la de morcilla y cebolla caramelizada, pero cuando la probamos fue superior. No será la última vez que las preparo. Muchas gracias Gastronoming!

Bacalao al pil pil: receta tradicional vasca

26 Mar

Aprovechando las ofertas del mercado y a tono con el ambiente de Semana Santa, hoy quiero compartir con todos un Bacalao al pil pil, una receta 10 que había probado antes en el menú de uno de los tantos bares de barrio de Madrid, pero que no me atrevía a preparar. Y vaya que conseguí una nota alta. Me he quedado más que satisfecha al comprobar que eso de montar el pil pil es mucho más fácil de lo que imaginaba. Con un truquito sencillo que aprendí en un programa de la televisión me salió en 1, 2, 3… 😉

Lo del pil pil se debe precisamente a que es más o menos el sonido que se hace cuando se monta el aceite con que se fríe el bacalao. Es una forma de hacer de la cocina tradicional vasca que no lleva más que aceite de oliva de calidad, ajo, guindillas y por supuesto en este caso el bacalao desalado. Si lo compras salado habrá que desalarlo manteniéndolo en agua durante 2 días (mejor dentro de la nevera), y procediendo a cambiarla 6 veces durante esas 48 horas. Pero también te encuentras en el super mercado bacalao desalado al punto de sal. Para esta receta es importante que el bacalao haya estado en salazón. Con uno fresco el resultado no será el mismo.

Es discutible la forma de hacer el pil pil, hay unos cuantos que dicen tener la última verdad aunque me he encontrado con más de una manera de prepararlo. Como en todas las cuestiones culinarias, cada quien puede tener un poco de razón siempre que el resultado sea que disfrutemos de la comida. Yo presento una de estas tantas formas. Hoy de una y mañana quizá de otra. Definitivamente todas deliciosas.

bacalao al pil pil entrada

Ingredientes para preparar Bacalao al Pil Pil (2 personas)

  • 4 lomos pequeños de Bacalao desalado o 2 lomos grandes
  • 2 patatas grandes
  • 1 pan de chapata
  • 1 cebolleta
  • 6 dientes de ajo
  • 1 guindilla
  • 1 taza (200 ml) aceite de oliva virgen extra
  • aceite suave para freir las patatas (el que prefieras)
  • unas hojitas de perejil fresco

Cómo hacer Bacalao al Pil Pil

  1. Lava bien las patatas y déjales la piel; pícalas en rodajas de casi 1 cm. Ponlas en el aceite para freír frío y con el fuego bajo deja que se hagan poco a poco. Sólo cuando estén cocidas sube el fuego. Tardarán bastante pero te quedarán crujientes por fuera. Si te parecen demasiadas calorías para un solo plato, puedes optar por hervirlas simplemente. Si son patatas nuevas y no de conservación, igualmente serán un acompañamiento ideal para el bacalao.
  2. Como segundo paso mientras van cociéndose lentamente las patatas asaremos un pan de chapata (con la mitad del pan es suficiente) al cual bañaremos con cebolleta. Para ello trocea una cebolleta, ponle un chorrito de aceite de oliva y unas hojitas de perejil y pásala por el vaso batidor. Con esta mezcla de cebolleta triturada baña bien el pan de chapata troceado sin llegar a cortar las rodajas del todo. Envuélvelo en papel para hornear y asa de 15 a 20 minutos a 180 grados. A la mitad del tiempo dale la vuelta. Resérvalo. Fíjate en las imágenes a continuación.
    Unta bien el pan con la cebolleta triturada.

    Unta bien el pan con la cebolleta triturada.

    Envuelve bien y hornea por ambos lados

    Envuelve bien y hornea por ambos lados

    3. En una sartén amplia pon los 200 ml de aceite de oliva virgen extra. A fuego medio dora los dientes de ajo enteros y la guindilla troceada en cuatro.

    Saca los ajos y la guindilla una vez bien dorados y resérvalos.

    Saca los ajos y la guindilla una vez bien dorados y resérvalos.

            4. En ese mismo aceite (no tienes que variar la temperatura porque ya está suficientemente caliente) fríe los lomos de bacalao. Dos minutos por cada lado. Comienza por            donde no tiene piel. Sácalos y resérvalos.

Fríe los lomos de bacalao de dos en dos.

Fríe los lomos de bacalao de dos en dos.

5. Separa la sartén del fuego, vierte el aceite en otro recipiente y deja que se atempere un poco para que podamos montar el aceite de oliva y que consigamos nuestro pil pil.

6. Ahora viene la parte divertida: En la sartén donde freímos los bacalaos (si usas otra asegúrate de pasar todo lo que haya quedado en el fondo de ésta porque los jugos o gelatina que libera el bacalao con la cocción y luego durante su reposo es esencial para que se monte el pil pil) ponemos un poco del aceite que dejamos atemperar, súmale los jugos que han soltado los bacalaos en el plato donde los reservamos y con la ayuda de un colador y con movimientos circulares empieza a montar el pil pil. Una vez haya emulsionado el aceite puedes cambiarte a unas varillas manuales y seguir poniendo aceite poco a poco. Si ves que se espesa demasiado y ya no tienes más aceite del empleado, puedes ponerle un chorrito de agua templada y seguir mezclando. Fíjate cómo fue el proceso:montando pil pilpil pilpil pil okYa al punto el pil pil puedes proceder a colocar los lomos de bacalao en la sartén y darles un último golpe de calor. Yo prefiero calentar la salsa y regar los lomos con ésta. Así puedo controlar mejor la cantidad de salsa que pongo. No tenemos que abusar de ella. Con las patatas y el pan de cebolleta tenemos un plato único completísimo y os aseguro que delicioso. Nada como la cocina sencilla y rica de toda la vida. Yo ya tengo otra comida favorita en mi lista, que es laaarga, cada vez más larga. 🙂

Bacalao al pil pil

Si quieres otra receta de pescado para sustituir la carne, durante estos días de Semana Santa, mira estos Lomos de Caballa al horno.

Lomos de caballa al horno con chips de plátano o «mariquitas»

21 Mar

Dando una vuelta a las ofertas de la pescadería en el supermercado del barrio, me encontré unos ejemplares frescos y muy baratos de caballa. Hacía tiempo que tenía planeado poner algo de pescado en el blog, pero siempre termino friendo el pescado, que es como le gusta a mi novio. Rebozado o empanado, esas son casi siempre sus elecciones. No quiere decir que no lo haga de otra forma, como la de hoy, al horno, o a la plancha, que es como lo prefiero yo. Una vez para el pescado y otro para el pescador, parafraseando el dicho popular.

La caballa es un pescado azul, por lo tanto, rico en ácidos grasos omega 3, cuyos beneficios directos a la salud están más que demostrados. Entre sus efectos positivos destaca su impacto sobre el colesterol y muchas enfermedades relativas al sistema circulatorio, así como su influencia en la mejora del estado de ánimo y la concentración mental, además de que ayuda a mantener en alto nuestro sistema inmunológico.

De ahí que siempre se diga que comer pescado, sobre todo si es azul, sea bueno para la memoria y nuestras abuelas nos convencieran de comerlo sobre todo en tiempo de exámenes. Por otra parte, la caballa es un pescado con un alto contenido en purinas, que se transforman en ácido úrico, por lo cual no es nada aconsejable su inclusión en la dieta de quienes padecen hiper-uricemia o gota.

Esta vez acompañaremos la caballa con unos chips de plátano o simple y llanamente mariquitas, como diríamos en Cuba y otros sitios en Latinoamérica. Con el plátano macho verde haremos unas rodajitas bien finitas que freiremos en el último momento. Al cortar las caballas de manera que salgan los lomos enteros podremos quitar las espinitas que puedan quedar en el centro. De una caballa, dos filetes. De cada filete dos lomos que sin mucha dificultad podremos dejar libres de espinitas al separarlos. Por tanto, con confianza podremos dárselos a los niños.

Lomos de caballa con chips de plátano

Ingredientes para preparar Lomos de Caballa al horno con chips de plátano o «mariquitas»

  • 1 kg de caballa (pídele al carnicero que te saque los lomos)
  •  6-7 dientes de ajo
  • 1 cucharada de perejil fresco finamente picado
  • 3 cucharadas grandes de aceite de oliva virgen extra
  • sal y pimienta
  • 1 plátano macho verde grande
  • aceite de oliva suave u otro que tengas para freir

Cómo preparar Lomos de Caballa al horno 

  1. Pela y pica los dientes de ajo y májalos en un mortero con una pizca de sal para que no te salten. Cuidado si le pones mucho al majado luego no pongas ninguna a los lomos. Agrega en el mismo mortero el perejil picado y continúa machacando hasta que esté todo el ajo bien triturado. Por último pon en el mismo mortero el aceite de oliva virgen extra y mezcla bien con una cucharita. Resérvalo.
  2. Saca los lomos de la caballa y limpia de espinas. Colócalos en una fuente para horno y salpiméntalos. Ten en cuenta la medida de la sal con respecto al majado. Procede a bañar los lomos con el marinado que hemos obtenido de nuestro majado.lomos de caballa marinados
  3. Pon en el medio del horno previamente bien calentado entre 175-180 grados durante unos 5-7 minutos. Si los prefieres más dorados déjalos otros 3 minutos, pero ten en cuenta que el pescado troceado así está en un plis plas. Luego corres el riesgo de que te queden muy secos.
  4. Ahora vamos a pelar el plátano macho igual que mostré cuando preparamos los Tostones solo que no lo trocearemos. Retiraremos la piel haciendo dos o tres incisión a lo largo con cuidado de no perforarlos y así podremos quitarla más fácilmente.
  5. Si tienes una mandolina, aprovéchate de su comodidad para cortar el plátano en rodajitas finas, si no apoyándote en una tabla y con un cuchillo afilado corta los chips.chips de plátano sin freir
  6. En una sartén pon abundante aceite y deja calentar bien. Fríe con el aceite bien caliente las mariquitas. Si no es muy grande la sartén es mejor que las frías poco a poco en tres tandas y no todas de una vez. Como son muy finas las rodajitas de plátano sólo tendrás que dejarlas dos o tres minutos hasta que se doren y sacarlas antes que puedan tostarse demasiado. Ponlas en papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Espolvorea con sal y disfrútalas.

chips de plátano o mariquitas 

Lo bueno que tienen las mariquitas o chips de plátano si se logran bien finas es que aunque se enfríen siguen estando crujientes y sabrosas. Si las dejas enfriar antes de guardarlos en un recipiente hermético podrás llevártelas o disfrutarlas después como si estuvieran acabaditas de freir. Una guarnición para el pescado que acabará de convencer a los peques para que se coman el pescado que tanto necesitan para crecer sanos, fuertes y más centrados.

Solomillo de Pavo en Salsa de Manzana

13 Mar

Una de las carnes más magras, y por lo tanto ideales para mantener la grasa a raya y con ella nuestro peso, es la del pavo. Acostumbramos a comerlo en ocasiones especiales, pero lo cierto es que está disponible en cualquier época del año. Son muchos los que últimamente prefieren un jamón de pavo a otro jamón cocido. Es una carne blanca, muy rica, y otra opción para equilibrar nuestra dieta y no aburrirnos comiendo siempre lo mismo.

Un pavo entero asado en el horno siempre queda delicioso pero esta vez vamos a preparar la parte del solomillo, extraordinaria, toda carne, nada de huesos, nada de grasa. Un solomillo puede comerlo entero una sola persona, por eso en la receta de hoy, para 2 personas, emplearemos dos solomillos enteros que dejaremos un par de horas marinando. Si lo dejas la noche antes de cocinarlos estarán todavía mejores. Y si quieres otra receta de solomillo, esta vez de cerdo, pincha aquí: Solomillo de cerdo con salsa dulce de mostaza

pavo solomillo

Ingredientes para preparar Solomillo de Pavo en Salsa de Manzana.

 

  • 2 solomillos de pavo
  • 1 manzana Golden
  • 1 puerro grande o 2 pequeños
  • 1 zanahoria grande o 2 pequeñas
  • 1 cebolleta grande o 2 pequeñas
  • 3 dientes de ajo + 4 más para el adobo o marinado
  • 2 vaso de vino blanco (400ml)
  • 1 vaso de caldo de pollo (200ml)
  • 1 limón
  • pimienta negra y sal
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

Cómo preparar Solomillo de Pavo en Salsa de Manzana

  1. Maja en un mortero 4 dientes de ajo (si le pones una pizca de sal no te saltarán los ajos) ponle un poco de pimienta negra al gusto y cuando tengas una pasta incorpora el zumo del limón más un vaso de vino y remueve bien.
  2. Pon en un recipiente que puedas tapar bien los solomillos de pavo, baña con el adobo que hemos preparado y pon un poco más de sal si no has puesto mucho a los ajos. Si tienes una jeringa con aguja, coge un poco del líquido del marinado e inyecta los solomillos para que la carne de dentro coja todo el sabor. Si no tienes una, con un palillo pincha la carne y riega a continuación con ayuda de una cuchara. Tapa bien y deja en la nevera al menos dos horas. Si lo haces la noche anterior tendrás trabajo adelantado y la carne quedará mucho más sabrosa.
  3. Ten a punto los ingredientes con que cocinaremos los solomillos. Para ello trocea el puerro, la zanahoria, la cebolleta y el ajo en láminas. Retira la piel de la manzana y el corazón y pícala en dados. Como después vamos a triturarlos todos para hacer nuestra salsa no tendrán que estar picados en trozos tan pequeñitos, pero tampoco vamos a acomodarnos para picar menos.
  4. En una sartén honda pon a calentar las 3 cucharadas de aceite de oliva, cuando esté bien caliente pon los solomillos bien escurridos para que no te salte el aceite y no te quemes. El objetivo es dorarlos bien lo antes posible para que tomen buen color y se sellen sin perder los jugos de dentro. Una vez conseguido esto, sácalos y resérvalos.
  5. En esa misma sartén, baja bien el fuego (luego lo vuelves a subir, se tata de no quemar las verduritas) pon los ajos conjuntamente con la cebolleta y una vez mermado el calor fuerte sube a fuego medio y agrega los puerros y la zanahoria. Con la ayuda de una cuchara de palo, o goma si es de teflón la sartén, mezcla bien y raspa el fondo para que se desprenda todo el sabor que pudo quedar de la carne.
  6. Agrega la manzana, mezcla bien y deja que cambien de color la cebolleta, los puerros y la manzana. Incorpora el vaso de vino y deja evaporar el alcohol, una vez absorbido un poco del líquido agrega el vaso de caldo de pollo y rectifica de sal (puedes auxiliarte de una pastilla de pollo si no tienes caldo preparado, pero ten en cuenta entonces la medida de la sal).
  7. Pon otra vez los solomillos, tapa y deja cocinar unos 15 minutos. Transcurrido el tiempo destapa y comprueba que no haya exceso de líquido. Destapa si es así y deja reducir.
  8. Si te gusta la salsa con trozos puedes dejarla tal cual, pero si te decides a prepararla como en la receta, saca los solomillos, resérvalos, y pasa la salsa por la batidora. Una vez hecho esto, pica en rodajas el solomillo y sírvelos con la salsa.

Si te queda mucha salsa, resérvala para acompañar unos filetes de pollo, de cerdo o de pavo. Estarán buenísimos con ella. Este solomillo lo acompañé de unos champiñones salteados con ajo y perejil. Tan sencillo como poner un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra, agregar un par de ajos laminados hasta que estén doraditos y luego añadir los champiñones (también laminados 300-400 gr) con el perejil fresco picadito y un poco de sal. Con un par de minutos saltéandose será más que suficiente y tendrás un acompañamiento delicioso, ligero, rápido y con efecto saciante. Uff cómo me gustan los champiñones.

 

 

Frituras de Malanga: paso a paso

12 Feb

En Cuba, desde pequeños, estamos muy familiarizados con la malanga. Este tubérculo es uno de los primeros alimentos que se introducen allí en la dieta de los bebés, porque se trata de un producto con valores nutricionales muy altos y unas características muy especiales que favorecen la digestión. Por ello la malanga es ideal en la nutrición de pequeños y también de adultos con requerimientos dietéticos especiales, sobre todo con afecciones estomacales. No hay nada mejor para «enderezar» el estómago que un buen puré de malanga.

Pero no solo tenemos recuerdos de la malanga asociados a males de estómago como acidez, gastroenteritis o simplemente mala digestión. Gracias a ella hemos mejorado y también gracias a ella hemos disfrutado unas ricas frituritas de malanga. Quien las haya comido, estoy segura, se habrá quedado para siempre deseando volver a probarlas una vez más. Sencillas de preparar, sencillas de cocinar y sencillamente deliciosas de comer.

frituras de malanga

Frituras de malanga. Todos los derechos reservados por Tras La Receta

 

Ingredientes para preparar Frituras de Malanga (4-6 personas)

  • 3 malangas medianas a pequeñas
  • 2 huevos
  • 2 cucharadas de perejil fresco picado muy finamente
  • 5 dientes de ajo
  • pimienta negra y sal
  • aceite de oliva suave

Cómo preparar Frituras de Malanga

  1. Lava muy bien con un cepillo las malangas y sécalas muy bien. 
  2. Ahora pélalas cuidadosamente. Ellas tienden a resbalar un poco en las manos a medida que vas retirando la piel, así que mucho cuidado no te vayas a cortar.
  3. Ya peladas, ralla las malangas con un rallador fino.  El resultado será una pasta muy blanca.
  4. Pela los dientes de ajo y retira el nervio central, ponlos en un mortero con una pizca de sal y maja hasta que se haga una pasta.
  5. Puedes agregar el perejil al mortero si no has conseguido que te quede tan fino y majarlo junto con el ajo. Incorpora el contenido del mortero al recipiente donde tienes la malanga. Búscate uno hondo para luego puedas mezclar bien todos los ingredientes.
  6. Bate los dos huevos y viértelos en el bol que tiene la malanga, el ajo y el perejil incorporados.
  7. Por último salpimenta a tu gusto y mezcla muy bien hasta que te quede un preparado suave como se muestra a continuación.

    masa de frituras de malanga

    Mezcla para frituras de malanga. Todos los derechos reservados por Tras La Receta

  8. Déjala reposar un poco en la nevera mientras calientas unas dos tazas de aceite (unos 400 ml) en una sartén honda. También puedes utilizar la freidora.
  9. Cuando ya esté bien caliente, saca la malanga de la nevera, coge una cuchara mediana, llénala y deja caer su contenido suavemente en el aceite bien caliente. Puedes ir haciendo de cinco en cinco cucharadas colmadas. Solo cuando estén bien doradas (dejará de hacer burbujas el aceite) dale la vuelta con ayuda de un tenedor.
  10. Cuando vayas sacando, ponlas en papel de cocina para retirar el exceso de grasa. No las dejes enfriar, disfrútalas acabaditas de freir.
frituritas de malanga

Frituras de malanga. Todos los derechos reservados por Tras La Receta

 

Las frituras de malanga absorben mucho aceite, así que no te hagas muy adictos a ellas. Ya sé que es un poco difícil de lo buenas que están. Pero disfrutarlas de vez en cuando, dentro de una dieta equilibrada, hace bien al cuerpo y al espíritu.

Cocidas con un buen mojo también están muy ricas, pero nada comparado con esta forma que he propuesto hoy. Prometo a las mamás seguidoras que también voy a poner el puré de malanga. Es lo más parecido a un «potito» que puedo poner aquí, respondiendo a una petición que me ha llegado hace muy poco de una amiga 😉 .

Filetes de Ternera al Ajillo encebollados, receta fácil

11 Dic

Después de un fin de semana bien movidito, os traigo una propuesta sencilla y sabrosa. Se trata de unos filetes o bistecs de ternera marinados previamente y luego cocinados a la plancha. Para coronarlos, en la misma plancha poché unos aros de cebolla, que le vienen como anillo al dedo.

Es una receta muy fácil y económica porque no tenéis que comprar una carne de categoría extra. Si les parece podéis comprarla de primera. Pídele al carnicero que sea para preparar filetes a la plancha o en el supermercado ya la encuentras en bandejas fileteadas. Tengan en cuenta el tiempo a la hora de prepararlos. Como tenemos que dejarlos marinados o en adobo, yo os aconsejo que los preparéis la noche anterior y los dejéis bien tapaditos en la nevera para que la carne se beba todo el sabor de nuestro adobo.

Nada que si os parece bien, vayamos sin más a buscar nuestros ingredientes y preparar unos ricos filetes de ternera al ajillo.

Todos los derechos reservados por Tras La Receta

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Ingredientes para preparar Filetes o Bistecs de Ternera al Ajillo (para 4 personas)

  • 8 Filetes de Ternera
  • 1 cebolla grande
  • 6 dientes de ajo
  • 1 ramillete de perejil
  • 60 ml de aceite de oliva virgen extra
  • sal gorda o marina

Cómo preparar el adobo:

  1. Pelamos todo el ajo y lo majamos en un mortero (podéis usar una pizca de sal para que no salte pero casi nada porque a nuestra carne no le pondremos sal hasta el último momento, ya en la plancha. Al marinado no se le pone ninguna)
  2. Ya hecho una pasta el ajo, agregamos el perejil picado muy finamente, vertemos el aceite de oliva virgen extra y mezclamos todo muy bien.
  3. Disponemos nuestros filetes en una fuente (que podamos tapar bien y poner luego en la nevera) y los bañamos con la mezcla que hemos preparado. Tapamos y dejamos en la nevera, si es desde el día anterior mejor.

Filetes a la Plancha

Después de haber tenido marinándose toda una noche nuestros filetes, estarán listos para poner en la plancha y explotarles todo el sabor.

  1. Poner a calentar nuestra plancha que untaremos con el mismo adobo de los filetes, con la ayuda de un pincel de cocina (no os excedáis untando que ya los bistecs están más que untados). Cuando esté bien caliente bajamos la intensidad del calor a media y disponemos nuestros filetes. Si la plancha es grande podéis colocar todos pero si no, hazlo en 2 tandas.
  2. La cocción aquí es cuestión de gustos. Hay quien prefiere poco hechos, otros gustan que estén al punto y yo, en este caso de bistecs marinados, los prefiero bien hechos y dorados. Para los que se quedan con la primera opción: a fuego vivo, unos segundos vuelta y vuelta, están perfectos. Para los que gustan al punto: un minuto y algo por cada lado es suficiente, y para los que prefieren la forma en que los he hecho yo, tienen que dejarlos unos minutos a fuego medio por cada lado hasta que vayan adquiriendo color. Pasados unos minutos, subo un poco el calor, riego con un hilillo de agua para que se desprendan los jugos pegados a la plancha y los filetes adquieran ese color dorado tan apetitoso a la vista.
  3. En cualquier caso, y siempre en el último momento de cocción, espolvoreamos unos granos de sal gorda, retiramos de la plancha, bajamos el fuego y si está muy reseca la plancha ponemos un chorrito de aceite para sofreír, por último, la cebolla cortada en aros.
  4. Coronamos los filetes con la cebolla y listos para comer.

Espero que les sea útil esta receta en estos días de fiesta y de invitados en casa. Os aseguro que con esta propuesta vais a quedar más que bien. Puede convertirse en plato principal con un montón de opciones como acompañamiento. Arroz, verduras a la plancha o unas patatas en puré, fritas o como más os guste. Con unos frijoles negros y unos tostones de plátano macho, podría convertirse en un menú criollo cubano. Uff ya se me ha hecho agua la boca 😉

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