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Albóndigas caseras con salsa de pimientos rojos asados

2 May
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Albóndigas caseras con salsa de pimientos rojos asados. Todos los derechos reservados por TrasLaReceta

En casa, como en muchas otras seguramente, las albóndigas son un plato frecuente en los menús. Hay mil maneras de prepararlas, pero hoy les traigo una receta fácil, rápida y sencillamente deliciosa.

Con esta propuesta en realidad van dos recetas en una sola. Estas albóndigas son una receta base, fondo de armario, o mejor dicho, fondo de despensa. Solo tienes que tener una carne picada (picadillo) a disposición y dos o tres ingredientes básicos más. La salsa, por otra parte, puede acompañar otras preparaciones, de carne, pescado o vegetales, no hay límites. Puedes complicarte preparando desde cero los pimientos rojos (morrones) asados, o simplemente, como he hecho yo esta vez, aprovechar unas buenas conservas. Yo siempre tengo a mano estas laticas.

No hay mucha complicación en este dos en uno que les propongo. Puedes dejar preparadas la noche anterior las albóndigas, así cogerán más sabor, y al otro día montar esta salsa en menos de lo que canta un gallo. Pongámonos los delantales y vayamos a la cocina.

Ingredientes para preparar Albóndigas caseras (4-6 personas)

  • 550 gr de carne picada (yo utilicé una mezcla de cerdo y ternera)
  • 1 cucharada de ajo en polvo
  • 1 cucharada de cebolla en polvo (puedes utilizar 1 cebolla, 1/2 si es muy grande, escaldada o pochada y cortada muy finamente en brunoise)
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • 1 yema de huevo
  • 2 cucharadas de pan rallado
  • perejil finamente picado
  • pimienta negra recién molida
  • sal

Para la salsa:

  • 1 cebolla cortada (aquí no tienes que esforzarte demasiado en el tamaño de los trozos)
  • 2-3 dientes de ajo laminado
  • 2 cucharaditas de pasta de pimiento choricero (puedes prescindir de ella, pero le da un plus de sabor y color)
  • 1 cucharadita de pimentón de la Vera picante o ahumado (si no empleas la pasta del pimiento choricero pon 2)
  • 1 cucharadita de caldo concentrado de Bovril (puedes utilizar un vaso de caldo que ya tengas preparado: de pollo, carne o vegetales)
  • 1 1/2 cucharadita de Maicena (dilúyela en el vaso de caldo a temperatura ambiente o frío)
  • 2 latas de pimientos asados rojos en conserva (1-2 pimientos asados por ti sin la piel)
  • 2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • sal

Preparación de las albóndigas 

  1. Mezcla la carne picada con todos los ingredientes: que se incorporen todos muy bien. Usa las manos bien limpias o ponte unos guantes finos de cocina.
  2. Forma las bolitas del tamaño que prefieras. Yo uso una cuchara de medida e intento coger siempre la misma cantidad, las conformo más bien pequeñas.
  3. Si las haces con antelación, mejor, así cogerán más los sabores de las sazones, pero si no, tampoco pasa nada, pásalas por un poco de harina y fríelas. Yo opté por hacerlas a la plancha, con una pizca de nada de aceite de oliva virgen extra. También puedes hacerlas al horno a 200 grados Centígrados hasta que estén doradas. Cuando estén resérvalas.
  4. Yo freí dos patatas (papas) en cubitos para agregarlas. Son una debilidad y siempre me recuerda la receta cubana de mi abuela.
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Preparación de la salsa

  1. Pon en una cacerola o sartén el aceite de oliva virgen extra, agrega el ajo, dora sin quemar y añade la cebolla. Sazona y deja pochar unos minutos hasta que blanquee la cebolla.
  2. Añade la carne o pasta de pimientos choriceros, a continuación el pimentón de la Vera y enseguida, para que este último no se queme y cambie el sabor, añade el vaso de caldo con la maicena previamente diluida. (Como yo utilicé el extracto de Bovril, empleé un vaso de agua fría y el Bovril lo añadí directamente a la cacerola).
  3. Deja cocinar a fuego suave un par de minutos y cuando espese (lo hará ligeramente) añade los pimientos asados. Lleva a la batidora para triturar todo muy bien y si ves que está demasiado líquida ponla a fuego muy bajito para que reduzca a tu gusto.
  4. Puedes optar en este paso por añadir las albóndigas a la salsa y darles unos 3-4 minutos. Pon las papitas en el último momento.
  5. Para la presentación de este plato opté por poner la salsa a las albóndigas en el último momento de servir, por una cuestión de identificar mejor cada cosa, pero no te prives de poner las albóndigas dentro de la salsa. A chuparse los dedos en familia.

Puedes acompañar esta receta, además, con un arroz blanco desgranadito.

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Falafel: otra receta de Oriente desvelada

20 Abr
Todos los derechos reservados por Tras La Receta

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Dicen que ya desde los tiempos de Mahoma y por referencias en el Corán se conoce del falafel. ¿De dónde es originario? No se sabe a ciencia cierta, aunque una y otra vez se mencione a la India como raíz de este plato. Lo cierto es que nos ha llegado directamente de la cocina del Oriente, cada vez menos lejano. Esta especie de croqueta o fritura de garbanzos o habas, dependiendo de la zona donde se consuma, fundamentalmente Paquistán, países de Oriente Medio y la India, ha dejado de ser una exquisitez exclusiva de los restaurantes especializados para irrumpir en las cocinas de numerosos hogares.

Lo que distingue el falafel de otras frituras o empanadillas es que su ingrediente fundamental no se cocina, sólo se pone en remojo el tiempo suficiente para poder triturarlo de conjunto con el resto de sus componentes. Rico en proteínas de origen vegetal es un plato estrella para vegetarianos y para todos aquellos que desean incluir más alimentos no animales en la dieta. A los pequeños les encantará y los mayores no se quedarán atrás.

Aunque el falafel que conocemos en Occidente suele ser completamente de garbanzos, se prepara también solo con habas como la variante egipcia llamada ta`miyya, con una mezcla de ambas legumbres, o solo con garbanzos como la receta que elaboramos hoy, acompañada con la tradicional salsa de yogur a manera de entrante o plato inicial. El falafel también se puede acompañar con salsa de Tahine y disfrutarla en un pan de pita a manera de bocadillo. De cualquier manera está realmente delicioso y especialmente nutritivo y sano.

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Ingredientes para preparar Falafel (2-4 personas)

  • 250 gr garbanzos secos remojados
  • 1 cebolla pequeña
  • 2-3 dientes ajo sin el nervio central
  • 1 ramita de cilantro fresco
  • 1 cucharada de perejil fresco
  • 1 cucharadita de cominos molidos
  • 1 cucharadita de pimentón
  • pimienta negra (pizca al gusto)
  • 1 cucharadita de levadura química, Polvos Royal o bicarbonato
  • sal
  • aceite de oliva suave para freír
  • Para la salsa: 1 yogur + 1 cucharada de zumo de limón + 1 cucharada de hierbabuena o menta finamente picada + sal
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Cómo preparar Falafel

  1. Pon en remojo al menos 24 horas los garbanzos. Mejor si los dejas 48 horas y vas cambiando el agua del remojo dos veces al día.
  2. Una vez bien hinchados, retira el agua, escúrrelos bien, ponlos en un paño limpio o sobre papel de cocina para secar el exceso de agua y luego procede a triturarlos. Si no tienes una mini-pimer o un accesorio triturador haz como hago yo: machaca los garbanzos poco a poco en un mortero grande y déjalos en mejor estado para pasarlos más tarde por la batidora sin riesgo de que la rompas.
  3. Pica el ajo y la cebolla y añádelos con el resto de los ingredientes: (cilantro, perejil, comino, pimentón y la levadura) a la pasta de garbanzos obtenida en el mortero. Si tienes accesorio triturador ponlo todo junto a los garbanzos y procede a triturar. De lo contrario ponlo todo junto después de haber majado los garbanzos y pasa por la batidora hasta obtener una masa homogénea con aspecto parecido a la arena fina húmeda. No importa si te queda algún pequeño tropezón.
  4. Haz una bola compacta, tapa con un paño húmedo y deja reposar por una hora en un lugar muy fresco o en la parte menos fría que tengas dentro de la nevera.
  5. Transcurrido el tiempo de reposo en que hará efecto la levadura sobre la masa para un resultado más esponjoso, mójate las manos y procede a formar bolitas uniformes que luego puedas aplanar ligeramente. Cuando estés dando forma a las bolitas ayúdate de una cuchara no muy grande para coger las mismas cantidades una y otra vez. Aprieta en el proceso para eliminar el exceso de agua.
  6. Una vez formados nuestros falafel calienta abundante aceite de oliva suave y cuando esté bien caliente procede a freír poco a poco hasta que se doren. Pásalos a un plato forrado con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
  7. Sirve acompañado de nuestra salsa de yogur.
  8. Para hacer la salsa de yogur mezcla el yogur, el zumo de limón, la hierbabuena y sazona a tu gusto.

Así de fácil esta receta. Escoge un aceite de oliva muy suave indicado para freír y que no otorgue un sabor desvirtuado del que debe tener el falafel, suficientemente sabroso ya con el garbanzo, el cilantro y el ajo. Si cuando tritures todo, el resultado es una masa muy húmeda y difícil de formar, añade un poco de harina, de garbanzo preferentemente, pero no te pases para que no te queden demasiado secos después de haberlos freído. Por eso mejor escoger un garbanzo fresco que necesite menos tiempo en remojo.

 

Mermelada de zanahoria: receta casera y muy fácil

11 Oct

Hace ya algunas semanas, justo antes de la mudanza que nos ha tenido en casa patas arriba, visité la ciudad española de Mérida, capital de Extremadura. Además de disfrutar del legado romano presente en su arquitectura: un teatro maravilloso más bello de noche si es posible, templos aún visibles guardados por dioses mitológicos, Aeón capturando el tiempo, el anfiteatro, el circo, los puentes y el acueducto, tuvimos además la oportunidad de probar los sabores de esa tierra: unas migas extremeñas y una caldereta de cordero tan sabrosas como prometían.

Pero lo cierto es que de todas nuestras incursiones gastronómicas a nuestro corto paso por la ciudad Emerita Augusta, nos quedamos sin dudas enganchados a las tapas que ofrecen en la Despensa del Castúo, muy cerca de los sitios más importantes concentrados en el centro. Al lugar no llegamos por casualidad. Fue uno de los sitios que visitaron en temporadas pasadas los protagonistas de Un país para comérselo y me lo quedé bien apuntado en la memoria. Allí llegamos, un poco escépticos, y salimos más que convencidos.

Entre las tapas que probamos puedo citar algunas: de queso fundido con pimientos confitados, de jamón ibérico y membrillo con nueces, de queso de cabra con miel y, entre otras, nuestra preferida, la de queso de cabra Castúo con pimentón de la vera, mermelada de zanahoria y unas virutas de jamón ibérico.  Y he aquí la razón de nuestra receta de hoy, que dejaremos preparada para en una próxima entrada presentar esta tapa estrella, una versión propia claro está, porque la receta original de la Despensa del Castúo con ellos se ha quedado.

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Ingredientes para preparar mermelada de zanahoria

  • 350 gr de zanahoria
  • 350 gr de azúcar
  • 130 ml de agua + la suficiente para cocer la zanahoria
  • 1 rama de canela
  • piel y zumo de 1 limón
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada
  • 1 pizca de sal

Cómo preparar mermelada de zanahoria

  1. Lava y raspa las zanahorias, córtalas y ponlas a cocer en abundante agua hasta que estén blandas. Puedes hacerlas al vapor igualmente siempre dejándolas en óptimas condiciones para triturar.
  2. Mientras cocinas las zanahorias, prepara un almíbar. En un cazo pon el azúcar, los 130 ml de agua, el zumo y un trozo como de un dedo de largo de la piel de limón y la rama de canela. Una vez comience a hervir, deja unos 3 o 4 minutos y retira del fuego. Reserva mientras trituramos la zanahoria.
  3. Una vez cocidas las zanahorias, saca del agua, escurre bien y tritura con ayuda de una trituradora o bien con la batidora.
  4. Incorpora la zanahoria convertida ya en puré al almíbar (retira la rama de canela y la piel de limón), agrega la nuez moscada y la pizca de sal, mezcla bien y pon al fuego durante unos 10 a 15 minutos, o hasta que reduzca al espesor deseado.
  5. Una vez lista y aún bien caliente guárdala en recipientes de vidrio esterilizados, preferentemente en botes con tapa que se suelen autosellar.

Como la cantidad que hemos hecho no es mucha y como vamos a consumirla pronto (os lo aseguro) no es necesario poner a hervir los botes de vidrio al baño María hasta que se sellen una vez envasados con la mermelada. Así se suele proceder cuando hacemos grandes cantidades y cuando se trata de conservas de larga duración. Las mermeladas se preparan generalmente con la misma proporción fruto-azúcar, y siempre agregando un elemento ácido, como el limón, que va a contribuir a una mejor y más duradera conservación, además de que ya comprobaréis que destaca el sabor de una forma natural.

Espero que la preparen pronto, porque pronto voy a compartir la tapa donde esta mermelada de zanahoria aparece entre los ingredientes protagonistas. Vayan haciéndose de un buen rulo de queso de cabra y de un buen pimentón, preferentemente de La Vera. Os vais a chupar los dedos.

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